Anie  (2504 metros)
INTRODUCCIÓN

El Anie, con 2507 metros es el primer gran pico de la cordillera pirenaica por el oeste, teniendo en cuenta que otros picos situados incluso más al este como el Ori o Lakartxela ya superan la cota de los 2000 metros. Por ello, desde su cima se tiene una perspectiva sin igual hacia el llano francés, divisando numerosos pueblos o la ciudad de Olorón. Teniendo en cuenta esto, no es extraño escuchar en las noticias que el primer puerto de montaña en ser cortado en invierno por las nevadas sea el de Belagua, ya que esta zona recibe la primera los impactos de los frentes borrascosos procedentes del Atlántico.Pertenece al departamento francés de Pirineos Atlánticos y su cercanía a Navarra ha hecho que también sea denominado como Auñamendi por los vecinos navarros. También se caracteriza por ser el punto más alto de "Larra", una gran zona kárstica situada en la cabecera de Belagua.

Llega un nuevo viernes y las perspectivas de salir el sábado al monte van creciendo conforme pasa el día. Al final la gente una a una se va rajando hasta que solo quedamos Pablo y yo, por lo que nos decidimos por el Anie, dejando picos de más entidad para otra ocasión en la que nos juntemos más gente. Un pico sencillo, rápido, sin mucho desnivel a salvar y que no nos queda muy lejos.

En la Piedra de San Martín se celebra la antiquísima celebración del Tributo de las Tres Vacas. Para conocer más de este acto, ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Tributo_de_las_tres_vacas

SITUACIÓN Y ACCESO

Nosotros, partiendo desde Ansó, cogemos la carretera que nos lleva a Zuriza y tras 13 km, antes de llegar al refugio, giramos a la izquierda en un desvío que nos lleva a la muga con Navarra. Después, atravesar todo el Valle de Belabarce hasta llegar a un cruce en donde nos dirigimos a la derecha en dirección Francia por Belagua. Al final del puerto, llegamos al Collado de la Piedra de San Martín.

Otra vía de acceso, desde la N-240 en Yesa, sería coger el desvío hacia el Valle de Roncal y recorrerlo hasta llegar a Belagua, etc.

MATERIAL NECESARIO

En esta época del año nada reseñable, nada fuera de lo normal. Como ya se ha dicho caminamos un buen rato por terreno kárstico donde el piso no es muy estable, por lo que botas de caña alta serían preferibles a zapatillas de trail-running o similares.

En cuanto al agua, no hay fuentes evidentes a lo largo del camino. Sin embargo, bajo el Arlas hay una pequeña surgencia de la que sale una manguera con un chorrillo de agua. Nosotros en esta ocasión no bebimos de ahí, pero recuerdo haber bebido en otras ocasiones de pequeño.

Mucho cuidado en invierno con las simas y los agujeros si no está muy claro que el manto de nieve es lo suficientemente grueso y compacto.

DESNIVELES

Col de Ernaz o Piedra de San Martín: 1760 m.
Col de Baticoche y Refugio de Espeleólogos: 2040 m.
Anie: 2507 m.
Collado de Pescamou: 1920 m.
Arlas: 2044 m.
Col de Ernaz: 1760 m.
El desnivel acumulado tanto de subida como de bajada es de 875 metros.

TIEMPOS (aproximados, incluidas paradas)

Los tiempos empleados son muy personales, así como las referencias que se puedan dar de otro tipo. Consultar otras referencias para contrastar. Depende de las condiciones físicas de cada uno, de las condiciones meteorológicas, etc.
Col de Ernaz: 7hs. 30'
Col de Pescamou: 8hs. 07' (+37')
Col de Baticoche: 8hs. 15' (+45')
Portillo de arriba: 8hs. 52' (+1h. 22')
Pala final: 9hs. 27' (+1h. 57')
Cima: 9hs. 38' (+2hs. 08')
Empezamos el descenso: 11 hs.
Arlas: 12hs. 30' (+1h. 30')
Col de Ernaz:12hs. 45' (+1h. 45')

DESCRIPCIÓN

A las seis y media de la mañana ya estamos montados en el coche saliendo de Ansó y sin mucho tráfico durante el recorrido que seguimos hasta la Piedra de san Martín en casi una hora llegamos al destino.

Aparcamos y cogemos un camino evidente que parte del mojón 262 al pie de la carretera. Durante un rato caminamos por unos sube y baja en hierba hasta pasar por la ladera del Arlas, observando ya a lo lejos la silueta del Anie.

Pasamos el Col de Pescamou y prácticamente llaneando bajamos unos metros para encontrarnos con una cabaña metálica, el Refugio de los Espeleólogos, utilizada hace años por los espeleólogos rumanos que recorrieron las simas y cavidades de esta zona. Por cierto, a la bajada comprobamos si estaba abierto y la respuesta fue no: cerrado. Estamos ahora en el col de Baticoche.

De ahora en adelante nos meteríamos en el karst de Larra, una zona llena de simas, agujeros y afiladas piedras donde la suela se agarra como nada y donde es muy fácil salirse del camino marcado. Sin embargo es bueno tener como referencia el Anie, sabemos que tenemos que dirigirnos a media ladera para coger el camino que sube desde Lescún. Además, hay algún que otro tramo característico. Uno es una especie de encajonamiento con paredes a los lados por el que discurre el camino. Después vendrá una especia de hoya en la que ganaremos algunos metros por piedrecillas sueltas. Por último lo que según algunos mapas es el Portillo de Arriba, una especie de "u" o balcón en el que se aprecia ya más cerca la cara por la que atacaremos el Anie.

Tras este tramo se hace inevitable perder unos metros hasta que empezamos algo más tarde a ganarlos, ya sin parar prácticamente hasta la cumbre. Hacemos una lazada tras otra y alcanzamos un camino más amplio (el de Lescún). Hasta ahora hemos seguido marcas amarillas y verdes, aunque a decir verdad también hemos visto naranjas y rojas.

Y desde aquí sin mayor complicación vamos rodeando la montaña en sentido contrario a las agujas del reloj para llegar a la pala final.

Tomamos un descanso de unos minutos y en marcha de nuevo. La verdad es que pensaba que esta pala era bastante larga, quizá porque la subiera de muy pequeño y tuviera otro concepto de las distancias y el esfuerzo, pero para cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos arriba, con cierta sensación de decepción (sana, por supuesto). Quizá precisamente para compensar esa sensación, inconscientemente el último tramo del ascenso lo realizamos por una zona más vertical, utilizando las manos en alguna ocasión en vez de haber seguido el camino normal. Así, nosotros acabamos en una cota algo al oeste de la cima principal, aunque a escasos cuarenta metros que recorrimos en un momento.

Ya está, cima del Anie, 2507 metros. Pasamos un buen rato en la cima almorzando y mirando alrededor hasta que llega más gente. La verdad es que las vistas no están nada mal, además en día como aquel en el que no hubo boira en la parte francesa. De hecho aguantamos ahí hora y media hasta que se llenó de gente.

La bajada transcurre por el mismo camino que la subida, aunque hay que prestar atención por cómo es el terreno. No me lo quiero imaginar con mala visibilidad... Al final llegamos al col Pescamou y decidimos que de postre el Arlas, al que llegamos en poco más de 10 minutos y desde donde se ve todo el recorrido seguido hoy y casi todas las pistas de la estación de Arette.

Descendemos sin perder mucho tiempo y al rato estamos ya comprando queso después de dejar las mochilas en el coche.

De nuevo, un sábado redondo: por la mañana montaña, por la tarde siesta y río, y por la noche fiesta.