Biescas - Iguarra - Chaimona - Gavín  
Excursión circular por el entorno de Biescas y Gavín, en un recorrido que combina caminos de toda clase y condición, y factible de realizar en una mañana a fin de dedicar el resto del día a otros quehaceres. El caminante tiene a su disposición una red de senderos por la zona que permiten mucha variante a la presente ruta, para alargar la jornada o acortar la distancia según las apetencias personales. Tantos desvíos y señales también pueden llevar a la confusión, a tomar la dirección equivocada aun preparando de antemano la salida, como fue el caso de esta mañana de Diciembre del 2016, donde unos trabajos forestales imprevistos obligaron a alterar un poco el trayecto. En concreto la idea era salir de Biescas hacia el refugio de Iguarra, con intención de volver por la fuente Chaimona y la caseta de las Brujas, pero los numerosos ramales abiertos para la práctica de la BTT, de la bicicleta de montaña, despistáronme y seguí recto hacia el pueblo de Gavín, con la fortuna de poder volver a Biescas mediante un tramo del GR-15. Las posibilidades, como se ven, son muchas y dan juego para planificar nuevas excursiones en futuras salidas.

DATOS TÉCNICOS:
-inicio, Biescas a 890m. de altitud.
-duración, 4 horas en total.
-desnivel, 550 metros de subidas y bajadas.

DESCRIPCIÓN:
para la ocasión se tomó como punto de salida el aparcamiento situado delante del restaurante El Mirador, a la salida de Biescas en dirección al puerto de Cotefablo. Habrá que retroceder un poco por el asfalto de la carretera en dirección al pueblo, para en seguida tomar por la derecha un carril asfaltado.









La pista deja un primer e inmediato ramal a mano derecha, pasa entre unos chaletes, mas adelante su piso pasa a ser de tierra, y luego cruza unas tuberías de la central hidroeléctrica de Biescas.







Prosiguen las desviaciones en este tramo inicial de la ruta, con un ramal a la izquierda que obviamos para subir por el conocido como camino de Lobarre, según indica un cartel. Eran primeras horas de la mañana y asustome el estruendo de una serie de tiros de escopeta, procedentes de la ribera del Gállego. Siendo Viernes laborable no cabía esperar una batida de jabalíes, a pesar de ver un remolque preparado para cargar perros en el lindero de la pista. Tal vez el propietario de alguna de las granjas o huertos a la orilla del río se ejercitaba en la puntería, o espantaba a algún merodeador indeseado. Con la mosca tras la oreja, pasé junto a una nave grande en construcción.







Por suerte ya no se volvieron a escuchar tiros durante el resto de la excursión. Por encima de unas naves ganaderas, el carril accede a una bifurcación en la que giramos 180 grados a la derecha, por un ramal que opone una barrera a la circulación sin permiso. Las pinturas de GR continúan por la pista principal que marcha hacia el Norte, a la ermita de Santa Elena.





El carril tomado asciende mediante amplias lazadas en un tramo donde se dejan dos ramales a mano derecha, siendo el segundo el que accede a la estación superior de la central hidroeléctrica. No me acerqué a curiosear por la instalación y proseguí por la pista principal, viendo cómo se incorporaba por la izquierda un atajo señalizado con un hito de piedras, del cuál ignoro su procedencia. Más adelante sí me lancé a tomar el arranque de una senda indicada por otro mojón, también por la linde izquierda de la pista.







El sendero realiza varias zetas bajo la sombra del pinar, estando su traza bien marcada sobre el terreno. De vez en cuando, ofrece una vista despejada al pueblo de Biescas, entre pinos de alto fuste y matas de boj.







En uno de los giros de la senda el paisaje se abre hacia la sierra de Limes y a las estribaciones orientales de la sierra Partacua. Los últimos metros del atajo, antes de conectar otra vez con la pista, se hallan menos marcados por una rampa inclinada que requiere de atención para seguirla y esfuerzo para superarla. El empalme con el carril está indicado por un mojón de piedras.







Al conectar con la pista deberemos tomarla hacia la derecha durante un corto trecho hasta llegar a una clara bifurcación. Nos incorporamos ahora al carril que habíamos dejado antes, cuyo largo recorrido acorta una barbaridad el atajo seguido. La pista asciende con muestras de flycsh en el talud de la derecha, mientras su trazado se orienta hacia el interior de un barranco profundo y nombre curioso, Estabuen.







La umbría en esta margen del barranco se hace notar en la presencia de grandes abetos, musgo en las rocas y matas de helecho. Durante el invierno son pocas las horas de Sol que recibe esta ladera. Tras un portillo de maderos para cierre del ganado, abierto en este día, sale el desvío que vamos a tomar hacia la Fuente Chaimona y Gavín, pero antes se puede hacer una visita al cercano refugio de Iguarra. Basta andar cinco o diez minutos por la pista, cruzando el barranco de Estabuen, para alcanzar la pradera donde se ubican las dos cabañas.







Acaso el nombre de Iguarra alude al aspecto sucio y descuidado del interior, tanto del refugio de piedra como de la caseta aledaña. En cambio la pradera que alberga los edificios, en medio del bosque de pinar, resulta acogedora además de invitar al relajo y almuerzo. Hay un abrevadero en el extremo de la campa, con una fuente que no manaba agua en este día. El ambiente era gélido y fresco dada la humedad del torrente cercano, así que di pronto la vuelta para tomar el desvío a Gavín por Chaimona.









Según el poste indicador faltan siete kilómetros y medio de recorrido para llegar al pueblo de Gavín. El principio de la senda discurre por un ambiente forestal muy atractivo, bajo la penumbra del abetal y en un llaneo agradable.







El camino va girando al Sur, hacia una exposición solanera donde las coníferas desaparecen en favor de los quejigos. En el siguiente poste indicador, al parecer y viendo otras descripciones de rutas por la zona, sale un desvío a la izquierda que no cuenta con letrero ni señal. Se dirige a la Punta Cochata, llamado Monte Sarasé en la mayoría de los mapas. Una posible ascensión para otra jornada contando con aumentar el desnivel en 650 metros, y en un trayecto de mayor duración.







Junto a una borda en ruinas, se alcanza un collado de vista despejada a la vertiente sur, destacando el relieve alomado de dos montañas similares en altura y en silueta desde esta perspectiva, Erata y Oturia, cubiertas ya por un manto blanco de nieve.







Durante la mayor parte del recorrido, además de las señales típicas para guiar los pasos del caminante, aparecen otras destinadas a indicar circuitos para la bicicleta de montaña, de Btt según la denominación moderna. Una cantidad de trayectos diferentes que están rozando el desbarajuste para quien ande a pie, hasta el extremo de no saber por donde tirar. Este descontrol se acentúa en el tramo entre Astes y Gavín, pero en el collado de la borda en ruinas sale un desvío a la derecha para las bicis que también induce a la confusión. Ignoro a dónde va, tal vez descienda a Biescas, pero nuestro camino sigue recto entre los erizones, en dirección a la fuente Chaimona.







Antes de entrar en la fronda del bosque, el camino ofrece una visión aérea sobre la ribera del Gállego, con Biescas asomando junto a la carretera, y teniendo debajo los campos de Astes donde esta mañana pacían unos caballos. La fuente no destaca por su ornamento y decoración, una simple canaleta a ras de suelo por donde mana un chorro entre los matojos de hierba. Tampoco el vaso de plástico colocado al lado mejora su apariencia.







El tramo de bajada desde la fuente a Astes se realiza entre un bosque de pino royo y quejigos, para después trazar una curva a derechas y seguir en llaneo bajo un pinar de repoblación con ejemplares talados, no se si por causa de la apertura de nuevas pistas o por los trabajos forestales de los que advertía un cartel a la entrada de Gavín. En cualquier caso, la senda conecta con una pista a la altura de una bifurcación con señales indicadoras.









En la intersección se cruzan varias direcciones señalizadas por un poste. Una pista desciende hasta los cercanos campos de Astes, apenas cinco minutos de bajada que empleé para echar un vistazo a la manada de caballos que pacían a la sombra, cercados por una alambrada electrificada que no impide la visita.



De nuevo en el cruce, una señal del circuito en Btt marca un corto atajo a la pista. Es el primer alcorce de otros muchos que sirven para acortar las amplias lazadas de la pista, pero que también fueron motivo de despiste y la causa de modificar el recorrido previsto.







La intención era tomar el camino que desde la pista lleva a la caseta de las Brujas, y de allí retornar a Biescas sin necesidad de ir a Gavín. De una excursión anterior por la zona recordaba la existencia de un cartel indicando el desvío a la caseta, pero en uno de los alcorces a la pista el cruce debió quedarse a un lado y me lo salté. No lo vi. Tan confiado iba bajando por el sendero, con unas tablas de madera para facilitar el buen deslizamiento de las bicis, que de repente ya estaba a las puertas de Gavín.









Tanta dispersión de caminos y alcorces, con las señales del circuito en Btt proliferando para menoscabo de los indicadores del trayecto a pie, confunden a cualquiera. En la pista de acceso al pueblo había un cartel refiriendo los trabajos que se están llevando a cabo en la pista, y que ignoro cómo influirán en los recorridos por el entorno. Las placas de la Btt llevan directamente a la carretera que cruza el pueblo, junto a dos restaurantes. Este pequeño alargue en el trayecto previsto no supone mayor problema, ya que desde Gavín tenemos la oportunidad de enganchar el trazado del GR-15 que lleva de vuelta a Biescas.







Tras deambular un rato por las calles de Gavín, viendo el frontón cerrado al lado de una fuente, bajamos hasta la parte baja del pueblo, donde un panel informa sobre el trazado del Gr-15 y un poste indica los menos de 3 kilómetros, en 40 minutos, que restan hasta Biescas. En su inicio se anda por una calle asfaltada que da acceso a una urbnaización a medio acabar, que el camino deja atrás pasando entre vallas metálicas.







Esta variante a la ruta planificada resultó mas interesante de lo esperado, bajando por un sendero bordeado de tapiales que separan los campos de pasto, y en compañía de quejigos de buen porte. Hay postes indicando este camino rural que llega a la parte trasera del camping de Gavín.







Después de andar un rato junto a la valla que protege las parcelas del camping, se cruza una pequeña acequia para conectar luego con una pista donde aparecen otra vez las marcas de pintura del GR-15.









La pista se transforma en una calle cementada al pasar junto a la entrada al cementerio de Biescas. Dado que tenemos el vehículo en la carretera al puerto de Cotefablo, no hay necesidad de entrar al pueblo. Una vez cruzada la canalización de la central, subimos junto a ella pasando por una balsa de agua y por la entrada al parque de aventura de Arratiecho. Un ramal asfaltado nos sube hasta el empalme con la carretera, por cuyo margen regresamos al aparcamiento del asador El Mirador, cruzando la tubería de la central hidroeléctrica.









Comida en el restaurante el Molino de Escuer, en un comedor chiquito de pocas mesas, pero con amable servicio y variedad de platos. De primero unos pimientos de piquillo rellenos de merluza, con ensalada de lechuga para acompañar, y un conejo a la brasa de segundo con su ali-oli. Tarta de queso para el postre. 15 euros con café incluido. Buena cocina con gusto por el detalle.