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Suscribirse al canal contenidos Ascensión a el Aneto (3404 m) por urriello -- 15/06/2013
Vía: (Desde Vallibierna por Collado Coronas) --
(4002 visitas)
  • Hora de salida: 6
  • Hora de llegada: 11
  • Meteorología: Sol
  • Dificultad: Dificultad media
  • Días: 1
  • Tipo: Ascensión
  • Gps: Sin fichero GPS
  • Ver panorámicas
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Aneto  (3404 metros)









 


Componentes: Maju, Jaime, Fran y J. Enrique

Punto de partida: refugio de Coronas o de Pescadores (1.950  m)

Máxima altura: Aneto (3.404 m)

Desnivel: 1.454 m

Distancia: 6,8 km. hasta la cima, aproximadamente.

Tiempo total de subida: 5 horas y 15 min (hasta la antecima) más 58
minutos hasta la cima.


Tiempo real de ascenso: 5 horas y 25 min sin paradas.



RUTA
MARCADA EN MAPA







Desde el Ibonet al Aneto








tramo desde el refugio al Ibonet 


PROLOGO



    En esta ocasión y esperando que cause precedente, la narración de esta ruta correrá a cargo de Maju.


Si bien no soy muy amigo de "monarcas" y "reyes", está claro que esta montaña se merece este apelativo. Otros titulos para esta ascensión al Aneto podrían haber sido "Aneto, a la tercera va la vencida" o el que hubiese escogido yo " Al Aneto, desde un contenedor de basura" (no pregunteis por qué).


Quiero aprovechar este prólogo para ensalzar algo mucho mas grande que esta montaña. La AMISTAD. Y es que esta montaña es mas grande cuando se realiza con amigos como vosotros. Gracias Maju, Jaime y Fran!


Os dejo con Maju.


                             -J. Enrique-






Comenzaré diciendo que esto de la literatura no es mi fuerte, pero devoro los blogs de
montañeros que cuentan sus experiencias y cómo no, el de mi amigo Jose,
“Urriello”, al que admiro como montañero y como persona y quién en varias
ocasiones me ha pedido que redacte alguna de las rutas que hemos hecho y a lo
que yo siempre me he negado.


No obstante, es para mí un honor aceptar su petición para redactar las sensaciones
y emociones vividas ni más ni menos que para el Monarca de los Pirineos: el
Aneto.


Tengo dos razones fundamentales: la primera, porque tanto Jose como mi querido amigo
Fran, persona auténtica y repleto de habilidades, tuvieron el detalle de
aplazar esta ruta en enero de este año por mí,  cambiando el Aneto por otros picos de
Pirineos; dicho lo cual sería un desprecio por mi parte negarme a su petición; y
en segundo lugar, porque tenía la espinita clavada desde marzo que me quedé en
la antecima y ya vine emocionada con esta montaña.


Yo creo que todos tenemos una montaña favorita, alguna que por una razón u otra
nos cautiva, nos impone y nos merece un gran respeto. La mía es ésta.


Así que allá voy. Primer destino, valle de Vallibierna, Refugio de Coronas (1960
m.)


Disponemos de dos días para hacer rutas, viernes 14 y sábado 15 de junio. Decidimos ir al
Aneto el sábado pues dan mejor meteo y además coincide con el acto de
entronización de la Virgen del Pilar en la cima.






Jueves, 13 de junio


18:30 horas. Recojo en Mocejón (Toledo) a Jose y Fran. A Jaime, amigo montañero con gran historial de cumbres
con el que he tenido el placer de compartir unas cuantas salidas, lo esperaremos la noche del viernes en el refugio. Salimos dirección Huesca.


23:48 h. Llegamos a Graus, donde paramos a cenar algo.






Viernes, 14 de junio


00:20 h. Reanudamos la marcha y a unos seis kilómetros de Benasque, dirección Llanos del Hospital, a la derecha,
un cartel nos indica el desvío al valle de Vallibierna. Pasamos por el camping
de Plan de Senarta y continuamos nuestro camino hacia el refugio de Coronas, el
cual discurre por una pista forestal con piedras de tamaño considerable que a
veces entorpecen el paso y que hay que pararse a quitar. Nos quedamos sorprendidos
con las cascadas que nos vamos encontrando, que caen a nuestra izquierda y
cuyos torrentes de agua cruzan la pista cayendo hacia nuestra derecha, montaña
abajo. Nos lleva cuarenta minutos llegar al refugio desde el inicio de la
pista.


02:00 h. Llegamos al refugio y sigilosamente nos acoplamos entre los montañeros que ya ocupan las literas.


El viernes salimos a subir el Aragüells, pero esta ruta la redacta Jose,
“Urriello”.






Sabado, 15 de junio























06:20 h. Tras un buen desayuno, cargados de ilusión y con la esperanza
de que el día abra, nos disponemos a salir, de izquierda a derecha, Jose, Fran,
Jaime y una servidora (Maju), para coronar al 
monarca de los Pirineos. 






           Tomamos un sendero pedregoso, adentrándonos en el bosque, por el que discurre
incesantemente el agua que provoca el deshielo, muy tardío este año, en el que
el manto nivoso es extraordinariamente abundante para las fechas en las que
estamos. Llegamos a una bifurcación donde tomamos el camino de la izquierda,
dirección Ibones de Coronas.











                                                                        Jaime,
Jose y Fran ascendiendo hacia el Ibonet de Coronas




            Vamos ascendiendo por el valle sobre piedras de todos los tamaños, siguiendo los
hitos que marcan la ruta, y aproximadamente una hora más tarde y, según vamos
ganando altura, podemos divisar a nuestra izquierda el ibonet de Coronas.












  Ibonet
de Coronas (2.240 m)








Empezamos a pisar nieve por encima de los 2.500 metros. Vamos siguiendo la huella que hay
marcada y podemos avanzar fácilmente sin crampones.


08:15 h. Llegamos al ibón inferior habiendo cruzado por encima de su desagüe, que está cubierto de nieve.
Dejamos el ibón a nuestra derecha dirección collado de Coronas. Tras
veinticinco minutos más de marcha decidimos parar a reponer fuerzas con otro
grupo de montañeros que allí se encuentran.
















  Ibón inferior (2.640 m) 











                                               Al fondo, el Aragüells.


Reanudamosla marcha  y  llegamos al ibón del medio bordeándolo por la
derecha; el ibón queda a nuestra izquierda. Una vez pasado el ibón del medio,
empezamos a ganar altura rápidamente sumergiéndonos en un mar de nubes que nos
acompañarán gran parte de la mañana y que no nos dejarán de ver nada durante la
ascensión. Metros más adelante podemos divisar, cuando sale algún claro, a un
grupo de montañeros que se dirigen hacia el mismo destino y a los que daremos
alcance en el collado de Coronas. Próximo al mismo, llega el momento de tirar
de piolet, la pendiente se acusa rápidamente según nos acercamos y no conviene
correr riesgos.














  Ibón del Medio (2.720 m )


       




                                                        Grupo de montañeros acercándose al collado delante denosotros. Collado (3.190 m)


Llegamos al collado y nos encontramos una trepada en mixto, con lo que hay que extremar las precauciones y
buscar agarres seguros que nos permitan alcanzar la cara norte del Aneto. Una
vez que pasamos el collado, nos calzamos los crampones y ascendemos alcanzando
la base del Punta Oliveras-Arenas, al que dejamos a nuestra derecha, dirección
Aneto.


Estamos en la cara norte del Aneto, avanzando por la cabecera de su glaciar y un claro
entre la niebla nos permite entrever el desfile de personas que se aproximan a
la cumbre tanto por delante de nosotros como por detrás, subiendo por la cara
norte, desde la Renclusa. Esto va a ser cosa del acto de “entronización de la
Virgen”.


En pocos minutos llegamos a la antecima, son las 11:10 de la mañana y nos quedamos
boquiabiertos cuando vemos la larga cola de espera que hay para cruzar el
“Puente o paso de Mahoma”.






Nos disponemos a guardar la fila hasta que llegue nuestro turno para cruzar. De vez
en cuando, la cruz de la cima emerge entre la bruma. Jose se acerca para
informarse del procedimiento para cruzar, pues hay un despliegue de guardias
civiles de montaña que controla el paso ante la aglomeración de montañeros.


Las noticias que trae es que debemos esperar a que el grupo que está en la cima
regrese. Además, la Guardia Civil ha montado una cuerda fija. La espera nos
lleva 48 minutos. La temperatura es baja y permanecer quietos en la cola nos
hace quedarnos fríos.






                                Yo a punto de cruzar el paso de Mahoma




     11:58 h. Estoy a punto de cruzar
el paso, la emoción se va apoderando de mí, intento controlarla, vuelvo la
cabeza hacia mi amigo Jose y sé que ya tengo brillo en los ojos, pero vuelvo a
concentrarme en los últimos metros que me separan de la cima, de esa cruz que
tanto anhelo tocar, el premio al esfuerzo del camino recorrido.


Comienzo a caminar sobre la nieve del paso y llego al primer bloque de piedra saltándolo
sin dificultad y así continúo bloque tras bloque, disfrutando de la vista hacia
ambos patios mientras espero a que el montañero que va delante de mí, avance.


Diez minutos más tarde, salto el último bloque de piedra y piso la nieve de la cima.
Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos rodando por mis mejillas (lo cuento
porque sé que “Urriello” lo iba a poner sí o sí, así que me adelanto). Me echo
a sus brazos y ya no puedo contener el llanto, que hace que mi garganta se
relaje. Una enorme alegría inunda mi pecho, algo que no sé con qué comparar. Es
satisfacción personal, una recompensa a la tenacidad, a la valentía, a sensaciones
físicas como el esfuerzo, el cansancio y el frío y psíquicas como la prudencia
y respeto ante la hegemonía  y
majestuosidad de esta montaña. 


Segundos más tarde, me voy abriendo paso entre los montañeros que traen flores, cintas
de la medida de la Virgen, banderas, etcétera. Me dirijo a la cruz, la toco.
¡Por fin! No puedo ser más feliz, estoy coronando al monarca de los Pirineos.





                Jaime y Fran
aparecen a nuestro lado y nos abrazamos todos, dando paso al protocolo de fotos
en la cruz y con la nueva Virgen del Pilar. Saco una cinta verde (color
esperanza) que preparé la noche anterior, donde he escrito los nombres de todos
para dejar constancia de que allí estuvimos, disfrutamos, nos emocionamos y
vivimos una de nuestras grandes aficiones. (Luci, tu nombre está puesto y habrá
una próxima vez, por el Estasen)









































       Tras
curiosear un rato por la cima, nos volvemos a colocar en la fila para volver a
cruzar el paso de Mahoma de vuelta a la antecima. Mientras estamos en la cola,
se abren claros entre las nubes que nos dejan ver, por momentos, toda la cuerda
de picos.











                El
temido paso de Mahoma no tiene dificultad alguna y es mejor cuando no tiene
nieve ni hielo, tiene muy buenos agarres; lo único a tener en cuenta es que está
muy expuesto y las consecuencias de un error son nefastas.




Paso de Mahoma desde la antecima (noreste)







                El sol va
asomando entre las nubes. Desde la antecima, es impresionante ver el glaciar
bordeado por la Punta Oliveras Arenas, el collado de Coronas, la Tuca del
collado de Coronas, el pico Coronas, el Pico del Medio… y toda la cuerda hasta
la Maladeta y los portillones.






                                                                        Cara norte desde la antecima
















Cara sur desde la antecima. De izquierda a derecha:
Aragüells, Aguja Jucandella, Aguja de Cregüeña, Aguja Haurillón y resto de la cresta hasta el Maldito. En primer termino Tuca y Pico Coronas. Detrás, el Pico del Medio y Pico Maldito al fondo.












Decidimos subir a la Punta Oliveras-Arenas de camino al collado, ya
que la tenemos ahí….
















Corredor Estasen desde la Punta Oliveras Arenas








           


           Aneto desde la Punta Oliveras Arenas
























            Cima
de la Punta Oliveras Arenas (3.298 m)








                Destrepamos
por el mismo collado y según vamos bajando, divisamos el circo de Coronas, de
derecha a izquierda, la cresta de Llosas, el Aneto, el Punta Oliveras Arenas,
el collado de Coronas, la Tuca del collado de Coronas, el pico Coronas y el
Pico del Medio.       

               







                Paramos
a comer tranquilamente, las nubes se han ido, ahora sí podremos disfrutar
totalmente de las vistas. Caemos en la cuenta de que no nos hemos acordado de
las cervezas que llevábamos en las mochilas para tomar en la cima, así que es
buen momento para abrirlas.


           Reanudamos
el camino, esta vez sin perder cota, dirección a la base de la Aguja
Jucandella.




        De
camino a la Aguja Jucandella, a la derecha del Aragüells
 




                Fran
y Jaime deciden subirla y Jose y yo decidimos ir bajando y esperarles a pocos
metros del ibon inferior. Aparecen dos horas más tarde con otra cumbre en su
haber y una preciosa foto del ibon de Cregüeña.



















                Así
que nos quitamos ya los crampones y bajamos tranquilamente dirección al
refugio. Durante la bajada, la nieve se nota ya blanda, el aumento de
temperatura está provocando el deshielo hasta el punto de que el paso por donde
cruzamos el desagüe del ibon inferior ha desaparecido con nuestra huella,
originando un agujero mucho mayor que el que encontramos por la mañana, por lo
que debemos abrir otra huella más arriba para cruzar el desagüe.





 Metros más
abajo, la nieve va dejando paso a las piedras, aunque sí quedan neveros que aún
se resisten a desaparecer. En medio de uno de ellos nos cruzamos con un grupo formado por dos parejas.

_ ¿Vais a dormir en los ibones?

_ Si, eso queremos.

_ ¿Que quereis hacer mañana?

_ El Coronas por el Corredor Angels

_ Mira Jose. Van ha hacer el Angels!

_ Hombre, Miquel! exclama Jose.



Miquel ( Macc en P3000) y Jose (Urriello) habían contactado para intentar coincidir y al final, aunque brevemente, lo consiguen.




Esperamos volver a coincidir!!!
























                La bajada
discurre entre bellos paisajes de cascadas, pinos, abetos, piedras y alguna que
otra marmota tendida bajo el sol que huye rápidamente según nos vamos
acercando.




Ibonet de Coronas y 
marmota en el ángulo inferior izquierdo, en la piedra.








                                                                                         Fran,
Jaime y Jose en la Cascada de Coronas










               











                                                                             Vista de la cascada
antes de adentrarnos en el bosque






                       






                                                                                                
Jose,
Fran y yo en la cascada




                Llegamos
al refugio casi a las 21:00 horas.



Procedemos a nuestro habitual ritual de
abrazos montañeros, las felicitaciones por las cumbres conseguidas y
agradecimientos de todos con todos por compartir esta aventura. Nos aseamos y
cambiamos de ropa y nos disponemos a tomar unas merecidas cervezas en un paraje
ideal, donde expresamos nuestras impresiones y donde no faltan las risas
provocadas por esos tres ingeniosos que llevo como compañeros. Aún recuerdo las
carcajadas de los cuatro al despertar el domingo, el día de retorno, a las 7:00
horas de la mañana, continuando con las bobadas del día anterior.




 Fran, Jaime y Jose


                                                                                




      Fran y Jose 


                                                                                                                                                                                                                                            










   


Fran, Maju (yo) y Jose.


























              Un
día inolvidable con la compañía excepcional de unos amigos a los que quiero con
locura. Gracias, Jose, Fran y Jaime.  


                Mi
pasión por la montaña no tiene sentido si después del esfuerzo y el sacrificio
que supone, no tienes amigos con los que compartirlo.




                     -Maju-












                                        Reportaje en el Heraldo de Aragón


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