Castillo d´Acher  (2390 metros)
Se trata de una bella montaña situada en el Pirineo aragonés occidental, y a pesar de su relativamente modesta altitud (el cercano Bisaurin le supera en 300m) la curiosa fisonomía que le da nombre la hace especial, con esas almenas defendiendo el calcáreo valle colgado superior, llamadas ?murallas? hacia Guarrinza, siendo particularmente notable la altiva pose que nos muestra vista desde la zona del camping Selva de Oza, punto de arranque de la vía más utilizada para ascender a su cumbre.
En esta ocasión conformábamos la expedición Goio y yo, tandem clásico, cuántas y qué buenas ascensiones y travesías juntos, y tras las habituales 3 h. de coche nos plantamos en Selva de Oza a eso de las nueve de la mañana, y tras calzarnos las botas emprendimos la marcha, con algunas dudas iniciales ya que algunas guías hablan de empezar junto al puente que salva el torrente un poco más abajo que la zona del camping, y de regreso comprobaríamos que la buena es coger la pista forestal que arranca junto a la barrera. En fin, tras un tramo de pista estaremos atentos al rústico cartelito de madera ?Castillo de Acher?, a la izda del camino, que nos internará en un denso bosque mientras seguimos el marcado sendero (SE) que ahora gana altura con más ahínco, mientras la conversación mengua, superando así el llamado barranco Espata.
Levantamos la vista y admiramos, allí arriba a la izda, entre las copas de los árboles, la cresta caliza que defiende a nuestro objetivo del día, aparentemente inaccesible... ahora el desnivel es menor, y llegamos así a vadear el torrente que toca cruzar, y seguimos sin desviarnos el sendero que a continuación vuelve a empinarse dando fuertes lazadas y ganando altura rápidamente.

Una paradita técnica para beber agua y de nuevo para arriba, abandonamos el tupido bosque para progresar por terreno despejado y herboso, por moderada pendiente, hasta llegar al punto clave de la cabaña de pastores, situada a 1740m de altitud, habitualmente rodeada de ganado, y donde volvemos a parar un momento.
Desde aquí observamos la importante cuesta que nos espera, habiendo para superarla varias opciones, esta vez tiramos por la tremenda, recto, hasta buscar el punto débil de la muralla, un característico paso en ?V?, que se hace más evidente conforme te vas acercando a él, la pendiente se acentúa, hasta que superamos el mencionado paso rocoso que da acesso al valle superior.
Buf, el sudor corre por mi frente, mochila al suelo, ¡top!, y a descansar un poco, mientras disfrutamos del precioso panorama que tenemos ante nuestros ojos: el valle colgado típicamente calcáreo con sus arañazos en forma de dolinas y lapiaces, las crestas blanquecinas con forma de olas sucesivas, y la cima saludándonos ya cercana a nuestra derecha. Una maravilla.

Tan sólo nos quedan poco más de 10 min. de marcha dando un rodeo por el contrafuerte S para pisar la cumbre, donde tras el saludo de rigor nos detenemos a saborear el extenso horizonte que se abre ante nosotros, y es que el Castillo de Acher es de esos montes que están un poco ?en medio? de todo, y esa privilegiada posición le otorga unas vistas inigualables, entre otras cumbres el Bisaurin, Agüerri con su Faja, la Sierra de los Alanos, Acherito, Lariste, Petrechema... en definitiva gran parte del Pirineo navarro-aragonés, y aún otras cimas y sierras más alejadas, al Este de la cordillera.
El regreso lo efectuamos por el mismo camino, con tranquilidad y disfrutando del descenso ya que el buen tiempo animaba a ello.

NOTA: para esta descripción me he valido de la otra ascensión a esta montaña que hicimos años más tarde, ya que el itinerario es prácticamente el mismo. Sin embargo las fotos sí son las de aquella jornada, de menor calidad al tener que scannearlas pero gran valor testimonial.


Goio ? Jaime, 23-agosto-1997