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Suscribirse al canal contenidos Ascensión a el Cerbillona (3247 m) por balaitus -- 10/07/2008
Vía: (Refugio Baysellance - Glaciar de Ossoue - Espalda Chausenque - Punta Chausenque - Pique Longue - Clot de la Hount) --
(2377 visitas)
  • Hora de salida: 6
  • Hora de llegada: 12
  • Meteorología: Sol
  • Dificultad: Facil
  • Días: 1
  • Tipo: Ascensión
  • Gps: Sin fichero GPS
  • Ver panorámicas
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Cerbillona  (3247 metros)
Croquis
Croquis
Pedro Mendive
Carlos Sabando

Iniciamos la marcha a las 3 de la tarde en la presa de la Barrage de Ossoue tras 4 km de pista con dificultades en el último.

El camino llanea bordeando el embalse e introduciéndose en el profundo valle. Tras cruzar el torrente por una plataforma empieza a ganar altura por la margen izquierda avistando una cascada. En algunos tramos el buen camino discurre en balcón. Se atraviesan un par de neveros y se pierde altura en un par de ocasiones hasta situarnos bajo el enorme paredón por el que caen tres pequeñas cascadas procedentes del glaciar que ya intuimos.



A partir de aquí aumenta la pendiente y en sucesivas revueltas vamos ganando altura y empezamos a ver la parte baja del glaciar de Ossoue así como las cimas de Montferrat por un lado y Chausenque y Petit Vignemale del otro. Al rato alcanzamos las 3 grutas Bellevue que cuentan incluso con puerta alguna de ellas. De aquí el camino gira y nos aparta del glaciar para bordear el contrafuerte del Petit Vignemale y avistar así el refugio de Baysellance al que llegamos en 2h 20'.

El refugio está en excelentes condiciones y el guarda nos recibe amigablemente, acordamos desayunar a las 5:30. Organizamos las mochilas y a las siete cenamos, enseguida a dormir.

Segundo día

Tras el desayuno iniciamos la marcha a las 6:20 con las nubes agarradas completamente a las cimas, mal augurio para la jornada.

En un cuarto de hora se deshace el camino del día anterior hasta la bifurcación que conduce al glaciar, por terreno algo incómodo para el tránsito que soporta; el camino es bastante estrecho y atraviesa una zona rocosa con cierta pendiente, así que supongo que con nieve será complejo.

Enseguida el camino se ensancha al recorrer la zona de derrubios de la morrena terminal del glaciar y empezamos a pisar nieve. En cuanto el manto tiene continuidad nos calzamos crampones y piolet y nos encordamos. La pendiente del glaciar no resulta excesiva en ningún tramo y enseguida empieza a menguar. Avanzamos hacia lo más negro de las nubes sin ver las cumbres a las que nos dirigimos. Abandonamos la huella, que se dirige a la Pique Longue, saliendo hacia nuestra derecha hacia nuestro primer objetivo, la Espalda Chausenque pero sin ver la cima, así que acabamos ascendiendo por un nevero con bastante pendiente y confundiendo la cima real con una antecima más a la derecha que cuenta con un pequeño hito.

En la creencia de haber culminado el primer tresmil de la jornada continuamos todavía encordados y con crampones por la arista nevada hasta que desaparece la nieve y nos quitamos todo. Seguimos ahora por terreno sin dificultades (y sin visibilidad) hasta alcanzar en breve una nueva cota con hito cimero, la auténtica Espalda Chausenque que arrastrando nuestro error confundimos con la Punta Chausenque. Llevamos poco más de dos horas y cuarto desde el refugio.


A partir de la cima de la Espalda Chausenque la cresta continúa siendo sencilla y en algo más de un cuarto de hora nos plantamos en la cima de la Punta Chausenque, mucho más destacada en la arista (y que nosotros pasamos a confundir con el Pitón Carré).

La visibilidad sigue siendo muy escasa así que no disfrutamos del panorama.


A partir de la cima de la Punta Chausenque continuamos con muy poca visibilidad por la arista hasta que ésta gira y desciende decididamente hacia la izquierda, abocándonos irremediablemente a retornar al glaciar. En este descenso, seguramente por culpa de la nula visibilidad no encontramos huella de paso y por donde lo hacemos nos resulta bastante más incómodo de lo previsto según las guías.

De nuevo en el glaciar, en nuestro error de haber recorrido ya tres cimas despreciamos la posibilidad de ascender al auténtico Pitón Carré, pues consideramos que se trata de una cota irrelevante, ya que desde su base parece mucho más bajo que la Punta Chausenque, aunque no lo es realmente.

De esta manera faldeamos el Pitón y aún sin divisar la cima del siguiente y principal objetivo, la Pique Longue de Vignemale, nos dirigimos hacia él siguiendo la huella de paso en la nieve sin calzarnos los crampones dado que la pendiente es escasa.

Cuando nos aproximamos a la pared la pendiente de la nieve aumenta pero enseguida salimos a la roca hacia nuestra izquierda, seguramente desviándonos del camino habitual pero por lo que se comenta encontrando roca algo más sólida aunque también más pendiente.

Tras una entretenida trepada alcanzamos la arista y las nubes comienzan a abrirse. Sólo queda un tramo de arista algo estrecha pero sin dificultades para alcanzar la cima de esta preciosa montaña. Aquí hacemos el primer descanso de la jornada, almorzando dentro de un vivac de piedras y conversando con otros dos montañeros que llegan a la cima de la Pique Longue de Vignemale en breve.


Tras reponer fuerzas en la cima ya somos conscientes del error que hemos cometido con el Pitón Carré, así que si queremos ascenderlo habrá que retornar tras acabar el recorrido de la cresta del circo.

Nuestro siguiente objetivo, el Clot de la Hount, se ve cercano y casi tan alto como la Pique Longue, pero sabemos que nos separa de él una arista con tramos expuestos y vemos tramos con nieve.

Comenzamos por desandar el tramo de arista de la Pique Longue y continuamos el descenso hasta el punto más bajo de la cresta por terreno cada vez un poco más complicado, llegando a un paso con pocos agarres en una pequeña brecha.

A partir de aquí la cresta es menos exigente, pero de repente tras un pequeño descenso a la izquierda tenemos que atravesar una brecha amplia haciendo una travesía en nieve con fuerte caída hacia el glaciar. Optamos por al menos sacar los piolets y Pedro se trabaja el paso a conciencia dejándome buena huella.

Enseguida retornamos a la roca y aquí nos resta el tramo más espectacular, la cresta se yergue bastante y en un punto pasamos a la vertiente derecha (contraria al glaciar) para salir trepando hasta casi la misma cima del Clot de la Hount.


El descenso del Clot de la Hount hasta el collado de Cerbillona es un poco largo, por terreno sencillo pero aéreo a tramos.

Una vez en el collado nos volvemos a calzar los crampones pues los dos siguientes objetivos están del todo cubiertos de nieve. En este punto y sólo por curiosidad intentamos adivinar dónde se sitúan las agujas del Clot de la Hount y de Cerbillona, pero no vemos nada claro.

Afrontamos una relativamente suave cuesta de nieve en la arista que nos conduce sin nada más reseñable en unos minutos a la cima del Pico Cerbillona, seguramente el mejor mirador de todo el circo.


Desde el Pico Cerbillona el recorrido a nuestro siguiente objetivo, el Pico Central se presenta como un nuevo descenso y ascenso por la arista nevada sin ninguna complejidad. En escasos minutos alcanzamos el sexto tresmil de la jornada (que debería ser el séptimo de no habernos equivocado con el Pitón Carré)


Una vez en el Pico Central se divisa una imponente arista hacia el Montferrat. Después de recorrer todo el día montes muy cercanos, éste se ve realmente lejos y la aérea arista presenta nieve hasta casi el filo.

Comenzamos por evitar el filo de la arista por nuestra izquierda para no quitarnos todavía los crampones, pero tras pasar un par de placas de hielo duro decidimos pasar a la roca y recoger el material de nieve.

La arista es realmente bonita, aérea y a tramos algo exigente pero con buena roca. Tras un buen rato con la misma tónica, y cuando ya se empiezan a hacer un poco largas las dificultades, se pasa a una sección algo menos aérea y compleja; tras ésta se afronta el ascenso a una antecima, primero por unas placas más sencillas de lo que parecen desde lejos, seguidas de un resalte algo más técnico pero en buena roca.

Una vez en la antecima se desciende sin complicaciones a una brecha y se llega andando a la auténtica cima del Montferrat.


Una vez en la cima del Montferrat toca pagar nuestro error mañanero para completar las cumbres del circo, hay que retornar hasta el Pitón Carré.

Para ello volvemos a la antecima de la que descendemos con cuidado hasta llegar a la sección menos estrecha de la arista, donde nos calzamos los crampones y nos encordamos para iniciar una larga travesía casi en horizontal por la ladera bajo la arista. La pendiente es considerable y la nieve está ya blanda pues son más de la una del mediodía.

Poco a poco nos situamos enfrente de nuestro objetivo y ahora toca atravesar transversalmente el glaciar hasta situarnos bajo la cima.

Sin pensarlo demasiado nos desencordamos y abandonamos las mochilas para afrontar directamente el ascenso por la máxima pendiente hacia la cima por la pendiente nevada en lugar de rodear por la arista por donde discurre la vía normal por roca.

La pendiente es algo fuerte, pero Pedro va dejándome una estupenda huella y enseguida llegamos al final de la nieve. Sin quitarnos los crampones recorremos los últimos metros algo caóticos hasta la cima del Pitón Carré.

Tras un breve descanso en la cima y unas fotos, iniciamos el descenso por el camino de subida, que nos obliga a destrepar un tramo por la nieve de cara a la pared, pero en unos minutos alcanzamos nuestras mochilas.

Se acabó la jornada por las alturas y toca afrontar el largo descenso por el glaciar. Tras ser visitados por un helicóptero que da montones de vueltas sobre nosotros alcanzamos la morrena terminal del glaciar donde nos desencordamos y recogemos todo el material, aprovechando para hacer la segunda comida del día.

A partir de aquí nos quedan casi dos horas de descenso por camino conocido y bonito hasta la Barrage de Ossoue, con un par de tramos en ascenso que tras más de once horas de pateo resultan un incordio. Así a las 6 de la tarde llegamos al coche.


Álbum de fotos en Picasa




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