Cestrede  (2947 metros)
Pic Cestrède (2.947 m). Desde las Granges de Bué. Subida por el vallon de Cestrède. Descenso por el Ravin du Lac Noir.

Importante cumbre en la cadena que se extiende de norte a sur desde el Ardiden al Soum d'Aspé, separando el valle de Lutour y el circo de Estom Soubiran de la Gave de Gavarnie.

Acceso al punto de partida. Se parte de las Granges de Bué (1436 m), zona pastoral con varias cabañas y restos de las obras hidroeléctricas de la Central de Pragnères. Una pista de unos tres kilómetros en bastante buen estado accede desde la aldea de Ayrues (1194 m). A ella se puede llegar por dos ramales que parten de la carretera D921 Luz-Gavarnie. Un ramal comienza justo enfrente de la central en Pragnères, cruzando la Gave por un puente estrecho y pasando por el lugar de Trimbareilles trepa en lazadas hasta Ayrues, donde se une al otro ramal que parte del pueblo de Gedre a la altura de la primera curva en horquilla en la parte superior del pueblo. Al finalizar la pista hay un área donde pueden aparcar una decena de vehículos.

Ruta al lac de Cestrède. En el lado sur del aparcamiento comienza un senderillo, que enseguida enlaza con el GR10 que sube por el bosque a superior cota que la pista. Hemos de seguirlo hacia el oeste, atravesando la zona de granjas, hasta encontrar una bifurcación señalizada del GR10, que a partir de aquí se dirige hacía Saugué y Gavarnie. No está señalado el lago de Cestrède, el sendero que hay que tomar es el que desciende a mano derecha. Despues de una corta bajada, llanea y sube ligeramente a cruzar por una pasarela el Ravin de l'Oule. La senda se orienta al norte y comienza la larga subida que nos llevará a la entrada del valle de Cestrède. Se trata de seguir el sendero que en ningún momento se pierde. Ya bastante arriba, pasaremos cerca de un curioso puente metálico, es el acceso a una de las bocas que dan servicio a las galerias subterraneas del complejo hidroeléctrico de Pragneres. El agua viene desde la represa de Ossoue, atravesando toda la montaña, a turbinarse en la central en un salto de más de 800 metros. Por encima de la bocamina el sendero zizaguea en la pendiente y discurre colgado por un paso horizontal, incluso desciende un poco. Recuperamos el aliento mientras observamos la magnífica cascada de Soutarra. La senda gira al oeste y tras una brusca subida, atraviesa el rio mediante una pasarela metálica y, tras un par de zigzags, discurre placidamente por hierba en la ribera norte del pequeño lac de Cestrède (1962 m). Siguiendo el sendero y girando al norte una vez sobrepasado el lago, tras una breve subida, se sitúa la Cabaña de Cestrède (2009 m). Pequeña, cuatro plazas, y en buen estado. Puede servir de punto de apoyo para dividir la subida al pico en dos. Agua en las cercanías o en el lago.

Pic de Cestrède. Cima que se suele conseguir, tablas en los pies, cuando la nieve cubre los inmensos canchales que, cuando quedan al descubierto, dificultan el avance. La ventaja de subir en estas condiciones es que cargaremos con menos peso. De la orilla del lago de Cestrède, sin necesidad de subir hasta la cabaña, continuamos por cómodas campas valle arriba, dirección oeste, cerca del torrente. Se puede avanzar por ambas orillas, aunque lo más práctico es cruzar a la orilla sur. En época de deshielo el cruce puede ser problemático. Por la orilla sur discurre una traza señalizada con esporádicos hitos. Subimos un par de repechos y la traza nos llevará a las inmediaciones de una gran roca de forma cuadrangular a unos 2180 m. (señalada en la fotografía). A partir de ella el valle principal se orienta al sur. Nosotros hemos de retomar en dirección noroeste, subiendo ya con más determinación por zonas herbosas, a fin de situarnos a unos 2300 m de altura en la ladera este del Cestrède. Unos pocos hitos nos ayudarán en el cometido. A la altura citada estaremos en la parte inferior de una barra rocosa semicircular que nos interrumpe el avance hacia arriba. Hay una canal de pedriza fina que, con brusquedad, se dirige hacia lo alto, es un posible paso. Otro es dirigirse horizontalmente hacia el norte a rebasar la barrera rocosa allá donde menos áspera se presenta. De todas maneras habremos de utilizar las manos. Una vez superada la barrera es cuestión de subir por la linea de máxima pendiente por un terreno entremezclado de hierba y rocas, hasta llegar a un gran campo de bloques, que hay que superar, que se extiende a los pies del resalte final del pico. Bordeando el resalte por la izquierda (sur), adonde también hubieramos llegado de subir por la canal directa, salimos inmediatamente a la cresta sur de la montaña, dando vista al gran hueco del valle de Hount Herède. No resta más que seguir la cresta hacia el norte, hitos, para enseguida llegar a la cumbre del Cestrède (2947 m).
El panorama es increible: muy cercano, al norte, la puntiaguda silueta del Ardiden, señor del lugar; delante suyo el Chanchou y Barbe de Bouc; al este, por sobre el valle de Gèdre, el Midi de Bigorre, Neouvielle, Pic Long, Gerbats, La Munia, Posets; al sur el macizo de Marboré no oculta ningún repliegue, desde Astazous y Perdido a los Gabietous; el Soum d'Aspé, el Pic de la Sede y tras él, alzandose orgulloso al cielo, todo el Macizo de Vignemale; los Infiernos, la Gran Facha y el Balaitous, mostrando el glaciar de las Neous, señalan el oeste. Por la enfilada que forma el valle de Lutour se distingue, lejano, el caserio de Cauterets. En primer plano: el valle de Cestrède, por donde hemos subido; el vallon de Hount Herède y el Ravin du Lac Noir por donde bajaremos. Llama la atención la esplendida cresta que viene desde el Pic du Lac Noir por las Ayguilles d'Aygue Negre, una desconocida primera de R.Ollivier.

Descenso por el Lac Noir. De la cumbre nos orientamos hacia la cresta noroeste, cresta de Culaus. Discurrimos por su flanco norte, destrepando entre bloques de granito y en dirección noroeste nos acercamos al nervio que se desprende al noreste de la cercana cima del Pic Superieur de Culaus (sin nombre en el mapa del IGN). Una vez alcanzado sin dificultad ese nervio, es cuestión de seguirlo en descenso por su filo o proximidades, hitos, hasta alcanzar el col de Culaus (2565 m). En las proximidades del collado, encuentro, apoyada en un llamativo hito, una pequeña losa de piedra con una inscripción pintada: À toi Philou que Marie porte du Ciel protège les pyrénéistes... (A tí Philou, que María umbral del Cielo proteja a los prineístas), original y discreta evocación de algún suceso luctuoso. Ahora nos dirigimos al este descendiendo por hierba y canchales al lac de Culaus (anónimo en el mapa) situado a 2300 m. Con el sol subiendo en el cielo y habiendo abandonado las crestas, la temperatura empieza a subir. Las trasparentes aguas del lago ponen un toque de frescor y sirven para rellenar la cantimplora, vacía desde hace rato. Hemos de localizar en el desagüe del lago un comienzo de hitos, que en fuerte subida nos sacan por el lado sur del lecho del Ravin du Lac Noir, obstaculizado por inmensos campos de bloques. Continuamos subiendo, prestando atención a no perder los hitos, hasta dar vista al Lac Noir, de un color azul oscuro, admirablemente anidado entre bloques de granito a los pies del pico homónimo. Pasamos al lado de un par de vivacs y, con toda la atención del mundo, trataremos de no perder los escasos hitos que nos sacarán de este mundo mineral. El itinerario baja por bloques, bajo los que oimos correr el agua proveniente del desagüe del lago y se orienta hacia el este. Una vez dejado atrás el barranquito del lago, la traza adquiere más continuidad y se dirige al este, muy elevada por sobre el valle que llevamos a nuestra izquierda. El itinerario no es cómodo y en más de una ocasión habremos de buscar por donde continuar, incluso hay un punto donde hemos de realizar una pequeña trepada de unos cinco metros en una pared vertical que interrumpe la senda. Al final acaba por montarse en la loma que separa el Ravin du Lac Noir a nuestra izquierda y el Valle de Cestrède a nuestra derecha. Pasamos a la altura de un pequeño laguito indicado sobre el mapa a 2258 m. Esa especie de espinazo recibe el nombre en el mapa de Crête de Hèche. Por su lomo serpentea el tímido senderillo que nos va acercando al Lac d'Antarrouye, que ya tenemos a la vista. Cuando vemos su desagüe, que da origen a la cascada de Soutarra, tropezamos con el buen camino que tras un giro de 180º, colgado en la ladera, y tras atravesar otra inevitable pequeña zona de bloques, nos devuelve en un escaso cuarto de hora a la cabaña de Cestrède, cerrando así el bucle. No queda sino deshacer el camino de subida hasta las Granges de Bué.

Tiempo total
5 horas de subida.
5 horas de bajada.
A un paso tranquilo incluyendo paradas.

Un saludo.