Cubilar de Sus  (2222 metros)
DATOS

Desnivel total subida acumulado: 990 metros.

Tiempo ascensión total: 3 horas 30 minutos.

Tiempo de descenso: 2 horas 30 minutos.

Punto de partida: Linás de Broto.

Cartografía: Ordesa y Monte Perdido. Editorial Alpina. Escala 1:40000.

ACCESO

La ruta que hacemos para llegar hasta esta zona es coger la autovía a Pamplona y desde aquí a Jaca por la nacional, pasando por el pantano de Yesa.
Llegados a Jaca cogemos al carretera que nos conduce a Biescas.
Cuando llegamos a dicha localidad cogemos el desvío (marca Ordesa), a mano derecha e iniciamos la ascensión del puerto de Cotefablo.
Pasamos el puerto e iniciamos el descenso. Llegamos a la localidad de Linás de Broto.
Para encontrar el punto de salida seguimos la carretera, saliendo del pueblo. Justo en la primera curva a la que llegamos hay una zona para aparcar a mano izquierda, antes de cruzar el río.

DESCRIPCIÓN

Segundo día por la zona. El día anterior habíamos subido al Tozal de Comas. Tras pasar noche en Linás de Broto, nos decidimos por hacer esta excursión.
Se trata de una zona por la que nunca antes habíamos andado, con lo que tampoco teníamos muy claro que es lo que queríamos hacer.
Mirando el mapa nos habíamos decantado por el Tozal de las Fuebas o el Tozal de Soaso. Toda ala información que teníamos era de subidas a Tendeñera, pero de ninguna de las que nos habíamos fijado.
Otro dato que nos llamó la curiosidad es que no encontramos ninguna ascensión invernal a Tendeñera, ni tampoco por esta zona, así que íbamos un poco a tantear la zona.

Salimos del albergue (por cierto bien atendidos) temprano. Cogemos las cosas de la furgoneta y bajamos andando hasta el punto de partida de la ruta.

El camino comienza justo antes de cruzar el puente. Nos introducimos en el camino que en un principio esta nevado a cachos, sin continuidad, con lo que vamos sin raquetas. Vemos huellas en al nieve, con lo cual vamos por buen camino.
Un poco más adelante gira un poco a la izquierda, para más adelante girar de nuevo a la derecha y llevar al dirección del barranco.

El camino a ratos deja ver que se trata de un camino empedrado, que transcurre entre parcelas de cultivo. El camino apenas si va ganado altura con lo que resulta bastante cómodo. Poco a poco la nieve va ganando a la piedra hasta que transcurrida una media hora de camino (a unos 1300 metros de altitud) se vuelve continua con lo que nos ponemos las raquetas. En la nieve se ven huellas de raquetas y trazas de esquí de travesía.
Continuamos por el sendero que recorre el valle, dejando a nuestra derecha el cauce del río.
El camino es bastante cómodo sin apenas desnivel, manteniendo en todo momento la misma dirección, recorriendo el valle.

Un poco más adelante dejamos a nuestra izquierda la última de las bordas pasando prácticamente junto a ella. Seguimos el camino que en algún momento se acerca bastante al río.
Más adelante tenemos al posibilidad de cambiar de margen del río por un puente, para ir por una pista que también sale de la carretera N-260, pero un kilómetro más arriba que desde donde nosotros comenzamos.
Como la pista puede resultar más monótona lo obviamos, aunque luego volvimos por la pista.
Dejamos el desvío a la derecha y continuamos, pasando ahora por un punto conflictivo ya que pasamos por los restos de un alud que tapan el camino. A la izquierda se ve una torrentera con una cascada, lugar por donde cayó el alud.
Continuamos y más adelante nos encontramos con al misma situación, otro alud. Pasamos rápido esta zona y nos separamos un poco del río, subiendo un poco.

Superada una pequeña pendiente de nuevo nos pegamos al río disfrutando de unas bonitas cascadas.
Un poco más adelante nos encontramos con un puente. En este punto si que debemos de cruzarlo. Se trata del puente de la Mercera. Pasamos a la otra margen del río y siguiendo algún que otro hito, dejamos el río a nuestra espaldas, para ir ganando altura haciendo algunas zetas, para salir definitivamente a una curva de la pista.

Cogemos la pista y la seguimos en dirección ascendente. Pista amplia con bastantes huellas de raquetas y de esquís. Damos otra curva y en poco rato alcanzamos el refugio de Soaso de Linás a unos 1630 metros de altitud. Se trata de un pequeño refugio de uso pastoril que está en un estado un poco precario ya que la parte para dormir estaba con una ventana rota y la puerta también.

Dejamos atrás el refugio y nos elevamos un poco. Enfrente de nosotros vemos a unos sarrios que nos observan curiosos. A nuestra derecha queda la loma que viene del Cubilar. Vemos unas huellas de raquetas que se dirigen hacia ahí. Nosotros en lugar de coger esta loma nos dirigimos hacia el valle que queda entre el Cubilar y el tozal de Soaso. En este punto decidimos que vamos a subir el Cubilar. Sinceramente nos da igual cualquiera, pero nos decantamos por uno de ellos.
Dejamos un recinto para el ganado y nos dirigimos hacia el valle. No hay huellas de nada. Giramos a la derecha y enfilamos el valle. Frente a nosotros podemos ver la sorprendente muralla rocosa de las crestas de Año, y a la derecha el Pico Otal. Avanzamos ganando altura suavemente hasta llegar a un poste de medición nivológica.

En este punto decidimos girar a la derecha para ir ganando altura por la ladera del Cubilar. Poco a poco la pendiente se va acentuando, haciendo zetas para ir ganando altura. La nieve está en perfecto estado. Vamos avanzando en diagonal para finalmente alcanzar la parte alta. Avanzamos un poco más llegando a una especie de colladito. Aquí volvemos a encontrarnos con huellas de raquetas e incluso de esquí que vienen del otro lado.
Ya sólo nos queda la última pendiente que superar para llegar a la cima, con un último tramo un poco empinado. Finalmente llegamos a la cima. Vistas espectaculares de Otal que está justo frente a nosotros.

Para la bajada, en lugar de volver por el mismo camino, continuamos de frente hacia Otal, bajando a un collado que se encuentra entre estas dos cimas.
Alcanzado el collado, giramos a la izquierda para bajar por fuerte pendiente hacia el valle por el que habíamos iniciado la subida. Bajamos rápidamente, por una nieve bastante mas dura que por la que hemos subido. Llevamos a nuestra derecha el espolón rocoso que cae de Otal. Vamos buscando un hueco que nos permite enlazar con el valle. Cuando la pendiente se suaviza, giramos a la izquierda para de nuevo bajar por fuerte pendiente hacia el valle.
Seguimos bajando hasta alcanzar el poste de indicación nivológica y de aquí volvemos a la cabaña.
Cogemos la pista, que ahora no vamos a abandonar en toda la bajada. Esta pista nos lleva hasta la carretera. Lo malo es que luego hay que recorre la carretera hasta Linás de Broto durante un kilómetro aproximadamente.
Hay la posibilidad de enlazar con el camino por el puente indicado en un principio, pero nosotros no vimos el camino que bajaba hacia él, o no supimos encontrarlo.