La Maladeta  (3308 metros)
Pedro Mendive Lerendegui
Carlos Sabando Grasa

El viernes 15 de Mayo tras cenar en Benasque acampamos en el aparcamiento de los Llanos del Hospital, dado que no hemos conseguido plaza en el refugio de la Renclusa.

Poco después de las 6 de la mañana del sábado 16 arrancamos porteando los skis hasta algo más arriba del desvío al aparcamiento del Hotel del Hospital de Benasque. A pesar de lo temprano de la hora coincidimos con bastantes esquiadores más foqueando por la pista, que otros años en estas fechas suele estar transitable en coche.



La nieve está muy dura y complica algún descenso en flanqueo al llegar al Plan d?Están. Desde aquí, tras quitarnos un instante los skis para salvar un pequeño resalte rocoso, tomamos el camino de invierno de la Renclusa con abundante huella sobre pendientes de nieve muy dura todavía.

Al avistar el refugio toca descender a la vaguada en la que se levanta, y para ello forzosamente toca descalzarse de nuevo y por última vez. Poco antes de las ocho de la mañana nos calzamos de nuevo y justo aquí comienza a darnos el sol.

En este punto nos juntamos con los esquiadores que han pasado la noche en el refugio y que dada la hora, en su mayoría nos precede. A partir de aquí la consabida sucesión de palas sin fin, sin problemas técnicos pero exigentes a nivel físico como no se tome el ritmo adecuado de ascensión.

Sobre las diez menos cuarto alcanzamos el punto donde se bifurca la ruta hacia el Portillón Superior y la que se adentra en el glaciar de la Maladeta. Todo el grueso de esquiadores desfila en procesión hacia el Portillón rumbo al Aneto, y sólo una pareja continúa en nuestra dirección.

A partir de este punto las pendientes son más suaves y la visión de la cumbre hace mucho más llevadero el esfuerzo, aunque alcanzar la base del corredor del collado de la Rimaya lleva algo más de tiempo del que parece. Nosotros llegamos poco antes de las once de la mañana.

Mientras nos calzamos piolets y crampones contemplamos a un muy buen esquiador atreverse con el descenso del corredor sobre las tablas. Nosotros, como la mayoría, las abandonamos al pie del corredor. El ascenso está en buenas condiciones, hay mucha nieve y buena huella, bastante mejor que cuando vine solo hace tres años. Tras "coordinarnos" un poco con una cordada que desciende para cederles la huella, salimos a la arista en 20 minutos, donde en este momento no hay nadie.

Disfrutamos de este tramo sencillo viendo siempre la cumbre al fondo. La alcanzamos a las 12 menos cuarto, estamos solos, parece increíble con la romería que contemplamos por el glaciar del Aneto.

Tras unas fotos iniciamos el descenso, al llegar a la salida del corredor esperamos a que acabe de ascender un pequeño grupo y empezamos el destrepe. A mitad de corredor nuevamente nos coordinamos para cruzarnos con una pareja y continuamos el descenso, que lógicamente nos cuesta algo más que en la subida.

Una vez en la Rimaya nos toca la única parada larga del día, comemos y contemplamos otro descenso espectacular con skis por el corredor.

Tras un buen descanso nos preparamos para lo mejor de la jornada, el descenso. Antes de la una y media nos calzamos las tablas y a disfrutar de la nieve polvo sobre el glaciar. Con algunas paradas para grabar algún video pero sin cansarnos mucho porque la nieve está en muy buenas condiciones, vamos perdiendo altitud y pasando a transitar por buena nieve primavera. Casi alargándolo todo lo posible nos plantamos en el refugio de la Renclusa antes de las dos.

La nieve por extraño que parezca sigue estando más que aceptable y continuamos disfrutando del descenso hasta avistar a lo lejos el aparcamiento de la Besurta. En este momento abandonamos la ruta de verano e improvisamos largas diagonales por el bosque para evitar perder mucha altura. Poco a poco vamos ganando terreno para evitar tener que quitarnos las tablas y así lo conseguimos, acabamos saliendo a la pala inicial del camino de invierno de la Renclusa.

Con el pequeño "descalce" para atravesar el mismo resalte de esta mañana continuamos sobre las tablas por las transitadas huellas del ascenso, flanqueando el plan d?Están. Seguimos de la misma manera por la pista y acabamos porteando los skis desde poco más arriba del Hospital de Benasque.

Llegamos al coche pasadas las tres de la tarde, recogemos y nos vamos a comer a Benasque antes de continuar la vuelta a casa.



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