Mandilar  (2211 metros)
MANDILAR A LA CARRERA.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre

Mandilar es para nosotros un último recurso cuando la meteo es incierta o mala, Creo recordar que en la ocasión anterior que queríamos subir nos quedamos en Petrosos. Hoy 27 de Enero de 2020, con meteorología incierta volvemos a ver que “pa”.
Son las diez menos cuarto de la mañana cuando tras aparcar en la base de la Estación de Esquí de Panticosa a 1150 metros de altitud comenzamos a foquear. Por Estrimal suben tres pues está muy bien de nieve pero nosotros subiremos por la Pista de Santa Cruz que ahora llaman El Bosque. Es más larga pero mucho más entretenida, hoy no hay problema de esquiadores ni por una ni por la otra.
La parte baja de la pista tiene poca nieve y algo dura de tal forma que no se debe descender por ella a no ser que quieras dejar allí las tablas. Para foquear está sobrada.
Cruzamos Estrimal en un par de ocasiones cuando ya la nieve empieza a ser suficiente y de allí para arriba ya no hay problema pues está sobrada
Atajamos en el segundo rellano, volvemos a cruzarnos con Estrimal y sobre los 1475 metros de altitud abandonamos la pista para introducirnos en Mazaranuala, que por cierto, es la primera vez que la vemos pisada por las máquinas. También han pisado la parte alta de Santa Cruz.
Se trata de una pista que prosigue al nordeste, medianamente inclinada, muy amplia, de firme algo irregular y en la que todavía quedan rosales silvestre en territorio de pista; pero lo mejor que tiene son sus fuerapistas del sur en la Zona de Zorros.
Hoy vestida de nieve polvo tanto la pisada como los fuerapistas nos permite un ascenso cómodo y agradable.
La pala se arrellana cuando nos guía Peña Robla a la que no subiremos puesto que el día no va a buenas y no habrá mucho tiempo que perder y se encañona con mucha nieve hacia la Base de Fobas enseñándonos un horizonte este que no nos gusta, del oeste no digamos, que entra ya nubosidad consistente.
Subimos haciendo compañía a los arrastres hasta la cabecera de los mismos parándonos a echar un café brevísimo casi a la altura de Petrosos.
Cuando foqueamos bajo la Negra Valle de Tena, que tiene una nieve gloriosa, ya nos imaginamos que la visibilidad va a faltar mucho más de lo deseado, pero rodeamos Mandilar por el Norte y pisteando nos elevamos por la este mientras que el viento del oeste que no es muy fuerte no nos va a traer nada que no sea pérdida de visibilidad, pero tenemos que llegar arriba pues no hay miedo de perderse.
No son las doce y media cuando alcanzamos la Cima de Mandilar o Punta Narronal situada a 2212 metros de altitud. Hemos subido más rápido que en nuestros mejores tiempos y no es qué vayamos más deprisa, sino que perdemos menos tiempo y eso se nota.
Una transición rápida, ni siquiera nos asomamos al Mirador del Valle de Tena y para abajo. Se ve poco pero con nieve pisada no hay problema.
Rosa se para a echar una mano a una chica en apuros y yo, mientras espero, me abrigo pues me estoy quedando pajarito: he sudado en el ascenso y ahora parado pues eso. Hoy no tenemos sol y eso es uno de los factores más determinantes para el confort corporal.
Nos juntamos con Juanillo que ha bajado de frente como siempre y proseguimos descenso hasta la Cafetería de Petrosos donde paramos a comer tranquilamente: el tiempo puede empeorar pero poco.
Media hora después, es alrededor de la una y media continuamos con el descenso. Lo haremos por donde hemos subido pues sabemos la nieve que hay aunque no se vea gran cosa.
Tras pasar Mazaranuala continuamos por la Pista de Santa Cruz hasta el penúltimo cruce. Allí nos metemos en Estrimal y nos llegamos al coche cuando son las dos de la tarde. Arriba quería nevusquiar y aquí gotear pero es que hay 1050 metros de diferencia de nivel.
La perturbación ha venido en TGV. El Canfranero no está para esos trotes.