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Suscribirse al canal contenidos Ascensión a el Nevado Ojos del Salado (6893 m) por balaitus -- 24/01/2007
Vía: (Campamento Atacama - Refugio Tejos - Vía Normal) --
(14565 visitas)
  • Hora de salida: 5
  • Hora de llegada: 13
  • Meteorología: Sol
  • Dificultad: Dificultad media
  • Días: 2
  • Tipo: Ascensión
  • Gps: Sin fichero GPS
  • Sin panorámicas
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Nevado Ojos del Salado  (6893 metros)
<nobr>Croquis de la vía completa desde la pista de acceso al campamento Atacama</nobr>
Croquis de la vía completa desde la pista de acceso al campamento Atacama
Fernando Ponce
Carlos Sabando (Club Peña Guara - Huesca)

Objetivo fundamental de nuestro viaje y segunda cima de América con sus 6893 m.

Tras la ascensión al Cerro Siete Hermanos. (4780 m), la aclimatación en el Barrancas Blancas y la ascensión al Cerro Peña Blanca (6030 m), el día 21 de enero abandonamos nuestro campo base en el refugio Claudio Lucero y remontamos en 4x4 los 22 km de mala pista hasta el campamento Atacama.

Allí nos recibió Eduardo, el encantador responsable de Aventurismo, empresa concesionaria del Ojos. Montamos nuestras 2 tiendas y esa noche yo la pasé casi en blanco por efecto de la altitud.

El día 22 porteo de material de cumbre al refugio Tejos ascendiendo por lo que queda de una pista. No sé si a consecuencia de la falta de sueño o a lo mejor de mis excesos en el Cerro Peña Blanca pero lo paso fatal pra subir con el mochilón los poco más de 600 m de desnivel.

Regresamos al campamento Atacama en mi caso son la moral por los suelos, pero lo peor estaba por llegar, esa noche Mikel pasa una insuficiencia repiratoria y lo más que conseguimos retenerlo es hasta el amanecer, cuando coje el 4x4 y nos abandona para volver a buscarnos tras nuestro intento de cumbre.

Fernado y yo tristes preparamos las mochilas y repetimos el camino a Tejos que ya subimos el día anterior. Allí tenemos una discusión muy desagradable con el grupo germano-ucraniano por las plazas de las literas que Eduardo nos había adjudicado claramente el día anterior en Atacama a los italianos y a nosotros, que ni siquiera hemos subido tienda. Al final conseguimos que nos cedan las literas y tras una cena con muy poco apetito nos vamos a dormir.

Prevemos la hora de salida a las 4:30 pero por no coincidir con los ucranianos retrasamos la salida casi una hora, mal asunto, somos los últimos. Hace mucho frío, sobre los -20º, pero con material adecuado (pluma) no hay ningún problema.

Durante la noche no avanzamos mal, hay un momento en que nos animamos pues vamos recortando distancia a italianos y ucranianos, pero no tenemos buenas sensaciones.

Antes de alcanzar el nevero perdemos de vista a nuestros amigos italianos y pasamos a los ucranianos, así que no tenemos referencias claras para atravesar el nevero. Yo voy primero y sigo la primera huella que veo, mala elección pues lo atravesamos demasido horizontalemente, saliendo demasiado abajo al acarreo de piedra suelta. Nos quitamos los crampones y pasamos unas horas terribles en el acarreo, avanzando tres pasos y retrocediendo uno. Contamos los pasos, empezamos con 50 pasos y 10 respiraciones y acabamos en 20+10, yo no puedo tener peores sensaciones.

Nos convecemos de que no seremos capaces de llegar a cumbre y nos ponemos como objetivo llegar al cráter para descender por el camino correcto. Tras 6 horas y media llegamos al cráter, la visión nos transforma, estamos muertos pero no somos capaces de renunciar viendo a los austriacos en la cumbre. Decidimos continuar aunque nos cueste bajar muy tarde.

Comemos algo por primera vez, nos quitamos ya las chaquetas de pluma y emprendemos el rodeo del cráter por la nieve. Al principio es horizontal pero al rato empieza a remontar el desnivel para alcanzar la famosa canal que te saca del cráter a la cresta, yo vuelvo a sufrir.

Tras más de una hora estamos al pie de la canal. No pasará del III grado, pero las cuerdas fijas están inservibles, con palmos de alma al aire. Una vez en la cresta empieza lo complicado de verdad, superar sobre todo un bloque colgado hacia la derecha que yo no soy capaz de remontar más que utilizando una cuerda en el mismo estado lamentable. Unos metros de nieve y estamos en la cima.

Firmamos en el libro de cumbre y para abajo rápidamente pues el tiempo está cambiando, viene una nube de las que trae frío y puede traer nieve y el vendaval de todos los días ya está en marcha. Fernando rapela de la cuerda lamentable mientras yo le aseguro con nuestra cuerda; yo decido destrepar de mala manera.

Una vez al pie de la canal llegan los abrazos que debieron ser en cumbre pero había demasiada tensión. Emprendemos el descenso por el camino correcto, rápido dentro de lo que cabe, pero estamos rotos y avisamos por radio a Eduardo de que pasaremos otra noche en Tejos pues no nos vemos con fuerzas para bajar a Atacama. Mikel ha llegado a Atacama con un día de adelanto esperando que bajásemos directos, pero tendrá que esperarnos un día.

A pesar de los 5837 m yo duermo apierna suelta porque estoy reventado y al día siguiente recogemos todo nuestro material y el que porteó Mikel (a -26º C) y descendemos con los mochilones a Atacama. Al llegar todo son abrazos, con Mikel, Eduardo, los italianos, ...

Abandonamos Atacama con alegría por la cumbre, pero también con pena por no haber estado los tres allá arriba y por despedirnos de la gente estupenda con la que hemos coincidido.

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Álbum de fotos en Picasa



Fotos de toda la expedición en Picasa


DIARIO COMPLETO DE LA EXPEDICIÓN

Jueves 11 de Enero de 2007

A las tres de la tarde llevamos nuestros tres bidones y dos petates a facturar al aeropuerto de Pamplona. Gracias a los contactos de Mikel nos ahorramos pagar el exagerado sobrepeso. 20 Kg. por persona es una ruina para un montañero.

Viernes 12 de Enero de 2007

21:00 Pedro y David nos despiden en el aeropuerto de Pamplona. Mikel tiene unas anginas de caballo con mucha fiebre y yo estoy afónico. Tras hacer correr al padre de Mikel para traernos su cámara de fotos olvidada en la furgoneta, volamos a Madrid sin más sobresaltos. Tras media hora para recorrer la bonita T4 de Barajas esperamos aburridos el despegue previsto para las 00:00 pero se retrasa lo suyo.

Nada más despegar nos dormimos los dos. A las 2:00 nos despiertan para "cenar", es raro pero comer mata el aburrimiento, además luego nos tienen sin probar bocado hasta las 9:00. Entre medio dormimos, yo mucho, y menos mal porque se hace largo.

Sábado 13 de Enero de 2007

Tras 14 horas de vuelo llegamos a Santiago a las 9:00 hora local. Cola interminable en el control de pasaportes y luego un perro policía huele un pan de higo en un bidón, lo etiquetan pero luego se despistan los que abren los equipajes y salimos sin problemas.
Entre los muchos taxistas que nos asaltan elegimos al más grande, tamaño luchador de sumo, que nos embute con todo nuestro equipaje en un taxi completamente destartalado, mucho más que la media. Nos lleva a Santiago con amena conversación, el tío se lo curra.
Llegamos al hotel Majestic, según el taxista es caro pero a nosotros desde España sólo nos cuesta 40 euros la noche. Aquí pone 100 $. Comemos en el restaurante hindú del hotel, como ya nos dijo el taxista, es muy bueno.
Ya empezamos con el lío de las propinas generalizado en el país (en hostelería 10%) pero es que hay universitarios en las cajas de los supermercados colocándote la compra en bolsas y señores que te ayudan a cargar la compra en el coche, llega a agobiar.
Tras la comida nos vamos en metro a la estación de bus a por los billetes a Copiapó. Decidimos renunciar a la noche de hotel y salir a las 23:10 en un bus-cama nocturno súper-lujo para hacer llevaderas las 11 horas de viaje.
Hacemos un poco de turismo por el mítico palacio de la Moneda, que parece más grande en al tele, donde los carabineros se asan con sus trajes de gala a 35 ºC volvemos al hotel andando y viendo los contrastes de Santiago, edificios súper modernos a l lado de otros algo cochambrosos, el urbanismo no es lo mejor del país.
Estamos reventados y nos vamos a la cama hasta casi las 10, con el tiempo justo de irnos a la estación de bus en otro taxi a reventar, pero no tan destrozado. Allí unos especialistas de las propinas nos cargan todo el equipaje en una carretilla hasta el bus (menos mal).
El viaje en bus es comodísimo pero se nos ha pasado cenar y no hay cenas en el pasaje. Da igual porque duermo del tirón hasta las 8:30 cuando hacemos una parada en una ciudad ya en mitad del desierto. Desayunamos en la estación y seguimos viaje, donde al rato nos sirven el desayuno…conste que no nos lo avisaron, y como el aburrimiento es así, desayunamos de nuevo y vemos una peli que no podemos acabar pues antes del final llegamos a Copiapó. Se me ha olvidado contar que las camas del bus "premium" en la primera planta (de dos) son un auténtico lujo (sólo 6 plazas) y además hay un encargado de montarlas y desmontarlas.

Domingo 14 de enero de 2007

Nos montamos en un taxi y el lacónico taxista nos lleva a hacer un recorrido por los hoteles que teníamos mirados en la Lonely Planet, porque no hay manera de que nos recomiende uno. En el que nos gusta no hay plazas y acabamos en el más caro (Diego de Almeida, sólo 80$) en medio de la plaza principal. Está bastante bien por dentro (no por fuera) y como en casi todas partes en este país, el personal es muy amable.
Pasamos el día visitando los sitios a los que volveremos al día siguiente, pues los que nos interesan están todos cerrados en domingo.
Nos metemos una carrilada de carne entre pecho y espalda para comer, precedida del cocktail nacional "pisco sour" que nos pone bastante piripis, añadiéndole luego el buen vino del país. Matamos el día con siesta, lectura, Internet en el hotel y luego buscando dónde cenar, pues increíblemente muchos restaurantes cierran los domingos por la noche.
Acabamos en un antro indescriptible "Pussy Cat" absolutamente kitch, con cualquier cosa imaginable por las paredes y los muebles: discos de los 60 de cualquier estilo, una maqueta de un galeón enorme cubierta de luces de navidad…El garito lo rige un anciano muy sordo y muy poco hablador. El aperitivo es lo más picante que he probado nunca. Me como una ensalada pues me da un poco de repelús y nos vamos a dormir.

Lunes 15 de enero de 2007

Tras el buffet del desayuno empieza el stress. Primero obtener el permiso de ascensión de la intendencia regional, luego pagar el permiso en "Aventurismo Chile", la empresa concesionaria del Ojos del Salado. Nos dan buenas perspectivas pues han construido un refugio del que no sabíamos nada y nos dicen que en el base avanzado podemos usar una tienda comedor, compresor para hinchar ruedas, cargador de baterías…y además nos darán allí una radio para tenernos controlados los días en altura en el Ojos…otra cosa será la soledad del Inchuasi…
Vamos a alquilar el 4x4 a la empresa con la que trabaja Aventurismo y que según la Lonely Planet es la más barata: Rodaggio. Nos dan un Toyota Hilux del 2003 sin ningún tipo de extras (ni cierre centralizado, ni aire acondicionado…) pero está muy bien. Les enseñamos la referencia de la Lonely y flipan, se hacen fotocopias y nos vamos motorizados a iniciar las compras.
Las dos horas previstas se convierten en muchas más y acabamos a las diez de la noche.
Cambiamos de hotel para probar "El Chagall" que tiene buena pinta. Está mucho mejor y es algo más barato. Encerramos el bólido en la casa de alquiler (nos lo habían ofrecido) cargado con todo el material y todas las compras, entre otras lindezas 180 litros de agua.
Cenamos muy bien en "La Terraza" pero sólo somos capaces de comernos la mitad de las raciones, que son enormes (pizza y panqueque) acompañados de los deliciosos zumos de frutas que hay por todas partes.
Volvemos de nuevo al hotel, yo me voy a conectarme a Internet y Mikel directamente a la cama. El día ha sido muy duro. Mañana empieza esto de verdad.

Martes 16 de enero de 2007

Nos levantamos sin prisas, buffet, Internet y dejamos el hotel. Recogemos el bólido, cargamos los bidones de gasolina y a las doce nos ponemos en camino, con el omnipresente sol de justicia que debido al agujero de la capa de ozono quema con sólo pisar la calle.
Tras unos 180 Km. de pista y cinco horas, llegamos a la laguna Santa Rosa, donde hay otros seis 4x4 y unas cuantas tiendas separadas del refugio.
Además de los flamencos rosas ya se ven desde el coche otras aves. En el camino ya hemos visto los primeros camélidos, pero no sabemos si son guanacos o Vicuñas. Es curioso que en el control aduanero no nos han pedido ni un solo papel.
Desde la laguna se ve el Tres Cruces cubierto de nubes y con bastante nieve.
La laguna es preciosa, se combinan todos los colores en una sola mirada.
El refugio está a tope o casi, así que nos vamos a la zona de tiendas, pero hay unas ocho, así que con nuestra insociabilidad habitual, nos apartamos lo suficiente como para no ver a nadie y montamos el "campamento intimidad" sobre la arena al lado de una pared de roca.
Tras montar las dos tiendas descargamos toda la compra y la organizamos en la medida de lo posible en las bolsas. Luego a preparar las primeras mochilas y la ropa de mañana. Después la primera ración de pasta y al saco.
Mañana nos espera el primer monte de aclimatación, pero para mí puede ser my récord de altitud pues son 4780 m.
La verdad es que no tengo ni idea de lo que es hacer montaña en esta tierra, todo es enormemente diferente a lo conocido.
El cielo en este desierto a 3780 m. es todo un espectáculo, jamás había visto tantas estrellas.
Nos metemos en las tiendas a las diez de la noche a 5 ºC, a ver qué temperatura hay a las seis de la mañana.

Miércoles 17 de enero de 2007

Suena el despertador a las seis pero es noche cerrada, así que lo posponemos hasta las siete menos cuarto. Desayunamos en el saco y salimos a -6,5 ºC.
Vamos con el 4x4 hasta el refugio y echamos a andar muy abrigados a las ocho menos cuarto. En media hora nos sobra toda la ropa pues el sol calienta rápidamente.
El cerro Siete Hermanos es una montaña engañosa, parece un paseo con poco desnivel y si bien la pendiente es muy suave, está realmente lejos. La altitud se deja notar y avanzamos despacio desde los 3700 m. de la laguna. Empezamos con las aspirinas…
Al llegar casi a los 4300 m. Mikel se planta por el dolor de cabeza. Cojo comida y sigo para arriba por esas cuestas interminables.
La última pala casi me desfonda pues aumenta la pendiente. Por fin, tras cuatro horas llego a la cumbre y allí me encuentro con el grupo de "Aventurismo Chile" guiado por el chico que nos atendió en Copiapó (Mario Sepúlveda).
Hablamos largo rato y decido quedarme por lo menos media hora para aclimatar un poco más, aunque el viento, ya desde la última pala, es exagerado.
A las 12:30 empiezo a bajar sin poder intuir dónde está Mikel. Bajo rápido pero el viento sigue siendo infernal. Sigo un buen camino que me parece mejor que el de subida pero no me planteo que bajo por un contrafuerte distinto. Busco a Mikel y no lo encuentro, supongo que me espera en el refugio, pero cuando llego tras dos horas de descenso, no hay nadie.
Me pongo nervioso y empiezo a subir de nuevo, al rato le veo bajar. Al final, tras una siesta reponedora había seguido subiendo, pero antes de la última pala un miembro del grupo de Aventurismo le dice que he bajado por el otro contrafuerte y empieza a descender detrás de mí…
Una vez juntos al ver el refugio vacío decidimos desmontar el "campamento intimidad" y trasladarnos. Después llegan dos coches de turistas por separado, pero unos se van al no haber camas y los otros no se atreven a pasar la noche con sus sacos, así que al final tenemos el refugio para nosotros. Aprovechamos para cocinar dignamente (ensalada y tortilla de patata) y nos recogemos con la felicidad de saber que mañana sólo tenemos que desplazarnos a la Laguna Verde y buscar aposento.

Jueves 18 de enero de 2007

Nos levantamos sin despertador a las ocho de la mañana (desde las nueve y media de la noche) y nos marcamos un desayuno de lujo (tostadas con mermelada, café soluble, Nesquick y zumo) recogemos y ponemos rumbo a la Laguna Verde.
Tras un par de horas nos desviamos de la pista internacional para ver el refugio sustituto del Murray. Está muy digno y sólo vemos un saco. Tomamos posesión de una habitación y nos vamos a la laguna.
Pasamos el trámite del retén de carabineros y vamos a ver las termas, donde Aventurismo ha montado una tienda-comedor al lado de su pequeño edificio. Indudablemente preferimos volver al refugio aún alejándonos de las termas.
Mikel se mete en la cama y al rato llega Fernando, un médico guatemalteco residente en USA que viaja solo y vuelve de hacer una marcha de aclimatación. No tiene coche porque lo trajeron los de Aventurismo y mañana lo llevan directamente al campo base. Es poca aclimatación pero él ya sabe lo que es subir el Aconcagua. Estamos varias horas conversando mientras él prepara su comida y come y me invita a una taza de té.
El refugio está a 4350 m. y me molesta un poco la cabeza, así que me tomo una aspirina.
Cuando Mikel abre el ojo comemos (segunda ración de pasta, lomo cocido y piña). Cuando Fernando se levanta de la siesta nos liamos los tres a conversar sin talento y pasan las horas hasta más de las nueve. Cientos de temas, muchos de su larga experiencia montañera por toda América. Creo que hacemos los tres buenas migas y ya nos ha invitado seriamente a su casa en Massachusetts y a compartir ascensiones en Andes. Quién sabe… La verdad es que es una agradable compañía y un excelente conversador.
A las nueve y pico nos apresuramos a hidratarnos y recargar hidratos para irnos a dormir.
Fernando duda entre seguir sus planes o apegarse a nosotros, mañana veremos.
Nuestra habitación es estupenda. Tenemos dos camas con somier de láminas y colchón y Mikel ha apañado hasta una mesilla con dos troncos y una tabla.
El despertador de nuevo a las seis para emprender nuestra segunda ascensión de aclimatación, el Cerro Mulas Muertas, pero con la idea de no llegar a cumbre (5890 m) sino de sobrepasar los 5000 únicamente, eso sí, por primera vez en nuestras vidas. Esperemos que el cielo nos acompañe, porque hoy ha habido bastantes nubes y el sol no ha calentado, además eso no ha evitado el viento, así que mejor un día de sol y viento como el del Siete Hermanos.

Viernes 19 de Enero de 2007

Nos levantamos a las 6:30, el viento lleva toda la noche sin parar, no ha esperado a su hora habitual del mediodía.
Fernando ha decidido unirse a nosotros pero hoy en principio no podrá venir por esperar a que vengan los de Aventurismo a buscarle. Mikel y yo nos vamos a la Laguna Verde con idea de aclimatar en Mulas Muertas, pero el viento es atroz y volvemos al refugio con idea de únicamente subir en coche al campamento Atacama. Al llegar al refugio Fernando se está preparando para ir a aclimatar a Barrancas Blancas, pues les ha enviado el mensaje a los de Aventurismo con un coche que subía. Nos unimos al plan y arrancamos a pie desde el refugio, donde hace un poco menos de viento que en la Laguna Verde, pero sigue siendo infernal.
Poco apoco ganamos metros y pasamos la barrera de los 5000. Voy delante y me paro en una cota a 5325m a esperar a Fernando y Mikel. Comemos algo e hidratamos y en un arrebato de los míos me voy hasta la siguiente cota solo. Voy demasiado deprisa a una altitud desconocida y me duele la cabeza. Al fin llego hasta 5475 m. Vuelvo rápido donde dejé a mis compañeros y volvemos del tirón hasta el refugio sin que el viento haya dado tregua en todo el santo día, algo exagerado.
Decidimos ir a bañarnos a las termas de Laguna Verde, pero antes hay que repostar con uno de los bidones de gasolina, y Mikel se lleva un buen trago que luego, por la noche le hace encontrarse mal.
Antes de partir aparece un Lada Niva con dos argentinos que bajan del Ojos y nos piden que les remolquemos hasta Laguna Verde porque por la congelación se les ha roto la bomba del agua. Les remolcamos y por fin llegamos a la Laguna Verde, donde el baño en la terma es estupendo y reponedor.
Una vez arrugados volvemos al refugio y nos topamos con un grupo enorme de franceses con un guía catalán que vive en Laruns y con personal de apoyo chileno. Ocupan las camas libres del refugio y acampan por alrededor. Se acabó la soledad. Mañana van para el campamento Atacama, con lo que nos los toparemos allí de nuevo.
Cenamos y cambiamos de idea para nuestro primer seismil, abandonamos el Vicuñas por el pequeño de los Tres Cruces.
Fernando, sitiado por los franceses, se trae el colchón a nuestra habitación.

Sábado 20 de enero de 2007

Desayunamos potentemente y marchamos hacia el Tres Cruces norte, pero vemos la vía muy pendiente, con nieve y además el campo a través en 4x4 parece también muy pendiente.
Cambiamos de seismil y elegimos el Cerro Peña Blanca. Forzamos con el 4x4 hasta 4900 m. aproximadamente y empezamos a subir con viento aunque menso que ayer.
La pendiente va aumentando y Fernando y yo vamos buscando un rodeo que la minimice, pero Mikel se va por su cuenta de frente a la pendiente, se acaba quemando, le esperamos, nos dice que se encuentra fatal, nos pasa la comida y se baja.
A 5500 m. Fernando y yo seguimos por una pala brutal, y como todo aquí, enorme de larga.
Por fin alcanzamos el rellano entre las dos cimas a más de 5800 m. y vemos la pirámide cimera. Siento gran excitación al ver posible por primera vez alcanzar la cima de un seismil.
Fernando no lo ve del todo claro por la hora y por unas nubes lejanas. De todas maneras me ve tan motivado que atraviesa conmigo el rellano, pero al pie de la pirámide cimera me dice que tiene que para y que siga sin él, que si puede irá tras de mí y si no, que en una hora regrese como tope (14:50).
Con esa hora en mente subo todo lo rápido que puedo, evitando los neveros y llego a la cumbre a las 14:30. Me emociono de verdad y se me saltan las lágrimas. Unas fotos y para abajo pues el viento allí es brutal.
No veo a Fernando y me preocupo hasta que lo encuentro. Nos abrazamos y emprendemos la larga bajada.
Abajo nos espera Mikel que ha intentado acercar más el coche pero no ha sido posible.
La hipoxia le ha dejado fatal, con alucinaciones incluidas y ha hecho una bajada penosa, así como la espera.
Regresamos al refugio y Mikel, ya recuperado, nos mima preparándonos toda la cena, a base de sopas, huevos con patatas, salchichas, etc.
Nos vamos a la cama sin despertador, sabiendo que mañana empieza la ascensión al Ojos, montando nuestro campo en el campamento Atacama tras 22 Km. de pista.

Domingo 21 de Enero de 2007

Nos levantamos sin prisa. Aunque hoy no vamos a andar seguimos con la costumbre del desayuno potente. Organizamos todo el material y comida a subir al campamento Atacama. Antes de ascender la pista nos vamos a la Laguna Verde a darnos un baño en las termas. Pasamos luego una vez más por el refugio Murray a comer y ya emprendemos los durísimos 22 Km. de pista.
Por fin llegamos al Campamento Atacama, donde casi todos los vivacs los ocupa el grupo francés con el que coincidimos en el refugio. Pasamos por el contenedor del encargado de Aventurismo a entregar nuestros permisos en informarnos, y como en todas partes en este país, nos trata maravillosamente.
Montamos las tiendas en los dos únicos vivacs libres y volvemos al contenedor a llamar por teléfono vía satélite, pero en inviable, no hay manera de mantener la cobertura del satélite.
Me duele la cabeza, si hay una razón para querer volver a casa es acabar con todos estos síntomas que te provoca el lugar, la sequedad de garganta, los mocos sanguinolentos, la nariz destrozada por dentro y por fuera y los diarios dolores de cabeza, empiezan a ser un hábito las aspirinas y los ibuprofenos.
Desde este campo base avanzado ya se ve gran parte de la vía. Es un pedazo de montaña, me hace sentirme minúsculo de verdad, las historias de percances en la última semana, fractura de rodilla y edema pulmonar, no animan nada de nada.
Mañana nos toca el porteo de material al Campamento Tejos, veremos qué tal se nos da.
Fernando ha conseguido comunicar con el hotel de su mujer y yo acto seguido llego a poder decirle a mi hermana que estamos bien.
No tengo ganas de hacer nada, no me encuentro bien, así que me pongo a leer en el coche, pero viene Fernando y nos pegamos horas de charla. Me parece que ha llegado a conocerme muy rápido, y como no me ve bien, me anima todo lo que puede y me cuenta historias para que me evada. Ninguno de los dos tiene hambre, así que prescindimos de la cena, nos hidratamos un poco y comemos unas barritas y a la cama.

Lunes 22 de enero de 2007

La noche ha sido horrible, por fin me duermo a eso de las once, me despierto a la 1:45 con ganas enormes de orinar. No tengo valor para salir de la tienda con el viento que hace, así que estreno el bote a tal efecto. Luego ya no consigo dormir. Cuatro horas dando vueltas en el saco con una sensación de ahogo permanente que me acaba provocando un stress enorme. Por fin me duermo a las seis y para las ocho me levanto.
Conseguimos desayunar bien, pero no será por mi hambre ni por mis ganas de actividad.
Converso con un rumano máquina total que hizo cumbre ayer viniendo de hacer antes la ruta de los Polacos al Aconcagua y otros montes. Dice que él no pasó frío, pero hoy ha habido -20ºC en el campamento Tejos. De hecho aquí en Atacama se nos ha congelado casi toda el agua y hasta la leche.
Prácticamente no puedo respirar por la nariz y permanentemente me falta el aire.
A las 12:15 hemos salido para el campamento Tejos a portear material y comida, mis sensaciones han sido malas desde el comienzo y sólo han ido a peor. Me he arrastrado con el mochilón hasta los 5837 m. de Tejos. Como todos los días, mucho viento pero sol.
Allí se ha quedado todo el grupo de los franceses que atacan la cumbre mañana. Nosotros mañana a repetir el camino para quedarnos allí y atacar pasado mañana.
Desde Tejos se ve un desnivel brutal, y mis opciones de éxito han caído estrepitosamente. Tras las buenas sensaciones de Peña Blanca, lo de hoy ha sido un varapalo. Como todos los días aspirinas para subir y al bajar ibuprofeno. Estoy harto del dolor de cabeza.
El descenso a Atacama con la mochila descargada ya ha sido sin problemas, salvo el diario dolor de cabeza al llegar.
Hoy sí hemos cocinado para cenar y ahora me voy adormir a la tienda pequeña para ver si solo consigo dormir decentemente.

Martes 23 de enero de 2007

La noche ha sido horrible. A las 2:30 de la mañana Mikel quería bajarse conduciendo porque no podía respirar. Entre Fernando, Eduardo el encargado de Aventurismo y yo, le hemos convencido de que era un suicidio. Al final ha dormido sentado en el coche, pero al salir el Sol no hemos podido pararle. He tenido que elegir entre acompañarle y mis opciones de cumbre y he tomado la decisión egoísta.
Tras esto, la rutina a esta altura, desayuno e hidratación. Luego preparar las mochilas con lo que no porteamos ayer. Hemos tenido la suerte de que por idea de Eduardo, el grupo de austriacos nos han subido las mochilas en su 4x4, ya que se han atrevido a subir con él hasta Tejos.
Nosotros hemos subido sin carga en menos tiempo que ayer, pero sigo sin estar recuperado.
Al llegar hemos hablado son los franceses que bajaban de casi-cumbre, pues su guía, Joan, no les ha permitido ascender el último tramo.
Luego hemos tenido una movida tremenda con un grupo alemán-ucraniano pues han ocupado las camas en el contendor que nos correspondían a Fernando y a mí y a la pareja de italianos. Tras dos horas discutiendo no ha habido manera de llegar a un acuerdo y se han ido todos a montar tiendas, dejando vacantes.
Tras la cena y preparar las mochilas para el ataque, nos hemos ido a dormir.

Miércoles 24 de enero de 2007

Los austriacos, que habían ocupado dos de las vacantes dejadas por los ucraniano-alemanes, se levantan a las 2:30 y salen para las 3:30. A esa hora entran en el contenedor los ucraniano-alemanes y para evitar encontrarnos con ellos, retrasamos nuestra hora de levantarnos de las 4 a las 4:30 y coincidimos con los italianos, que salen para las 5:15. Nosotros nos forzamos a desayunar e hidratarnos, nos obligamos en lo posible y salimos para las 5:30. Hace mucho frío, pero estoy tan mentalizado y tan abrigado que me parece normal.
No me siento fuerte, pero de momento sigo bien el ritmo de Fernando.
Una hora después de comenzar y todavía de noche cerrada, perdemos el camino, pero no tardamos más de diez minutos en recuperarlo.
Empieza la zona del "Acarreo" bajo el nevero. Es interminable, y como dice Sagrario Ramírez en Cumbres Bochornosas "el único peligro es morir de aburrimiento".
Vamos alcanzando a los italianos y a los ucraniano-alemanes, pero yo necesito parar porque aquí el ritmo de Fernando me está sacando de punto.
Amanece y hay que ponerse las gafas de sol, pero sigue el frío. Por fin llegamos al "Traverse" del nevero cuando superamos a los ucraniano-alemanes, pero a los italianos los hemos perdido de vista.
Seguimos unas huellas en le nevero que resultan ser equivocadas y lo atravesamos muy abajo, en su parte más ancha y este tramo voy yo primero, alternando nieve dura con costras sonde me hundo por encima de la rodilla. Hay tramos de pendientes mayores de 40 grados, pero sólo pienso en acabar la travesía que me está consumiendo las fuerzas.
Por fin se acaba, tras unos tres cuartos de hora de "Traverse", pero como no era la huella buena, nos deja no lejos de la arista, muy por debajo de donde deberíamos estar.
Tras quitarnos los crampones Fernando tira intentando remontar el horrible "acarreo" de piedra suelta que nos separa del cráter.
Por cada tres pasos perdemos uno y las horas sin que parezca que nos acerquemos al cráter.
Yo me creo incapaz físicamente de culminar, y Fernando también duda. Los dos acabamos convencidos de que no pasaremos de la salida al cráter porque no nos quedarán fuerzas para el resto.
Por fin salimos al cráter y vemos el precioso contorneo al mismo sobre la nieve y la ascensión a la canal que conduce a la arista cimera. Vemos a los austriacos en ella y a dos de los ucraniano-alemanes, que han elegido mejor el itinerario, empezando el contorneo.
Comemos lago por primera vez, estamos destrozados por el esfuerzo, pero son las doce y no llevamos demasiado retraso, así que nos juramentamos para intentar la cima casi como sea.
Emprendemos el contorneo del cráter. Al principio es bastante horizontal y se hace llevadero. Nos cruzamos con los austriacos que bajan y nos animan.
Luego el contorneo se transforma en ascenso a la base de la famosa brecha y mis fuerzas flaquean de nuevo y me cuesta mucho adaptar la respiración en un aire tan pobre. Pero sigo sin tregua a Fernando, que a su vez persigue a los dos ucranianos. Estos ya toman las cuerdas fijas y se plantan en la brecha. Un rato después nos toca a nosotros y Fernando deja su mochila, a pesar de mis advertencias sobre el material que él lleva, necesario para poder improvisar un rappel.
El tramo de escalada a la brecha es relativamente sencillo. No tengo claro si llega al III, pero las cuerdas fijas son lamentables, pero de los que había leído, no hay un tramo sano, así que prescindo básicamente de ellas.
Cuando llego ala brecha el viento es muy fuerte y Fernando ya ha iniciado la escalada de la cresta, sonde hay una única cuerda en estado peor que las anteriores, tiene más de medio metro con el alma al aire. Progreso sin usarla pero llego a un bloque grande, que me obliga a exponerme ala derecha, donde no veo otra solución que tirar de la cuerda para pasarlo; me encomiendo a todo lo que puedo y subo. Se acaban las dificultades en roca, y con cuidado por la nieve dura por la que transito llego a la cumbre avanzando unos pocos pasos y parando a respirar.
El ucraniano supuesto compañero de Boukreev me ofrece el libro de firmas cuando ellos inician el descenso, pues estaban esperando a que yo despejase el mínimo camino (ahora entiendo a Joan, teniendo que subir por allí a ocho clientes).
Hago un mínimo de fotos entre mis abrazos con Fernando, pero no me deja disfrutar del momento, porque se nos está cerrando una nube, el viento es muy fuerte, y quiere ver cómo maniobran los ucranianos para asegurar el descenso a la brecha.
Bajamos e intentamos rapelar del bloque al que está atada la cutre-cuerda fija, pero la cuerda de 20 metros no llega para rapelar en doble.
Fernando rapela de la cuerda fija y de la nuestra en sencillo, pero por si la primera falla, asegurándole yo al cuerpo.
Cuando ya está abajo no nos entendemos sobre cómo pretende asegurarme desde abajo, pues el viento impide oírnos. Al final me desespero, pues me estoy quedando helado por el viento, recojo la cuerda y bajo destrepando, por desgracia teniendo que agarrarme en algún punto a las cuerdas.
Fernando me guía en el final de al canal y ya estamos fuera de ese peligro. Ahora ya, resguardados del viento y más tranquilos nos abrazamos efusivamente. Sabemos que ahora es cuestión de fuerzas regresar cuando menos al contenedor de Tejos, si no podemos bajar hasta el campamento Atacama.
Ahora sí vamos a descender por el camino correcto por el nevero, y antes de hacerlo comunicamos por radio con Eduardo en Atacama y nos dice que Mikel ha adelantado un día su regreso y nos está esperando allí. El descenso agota nuestras fuerzas y el cambio de tiempo que ya se intuía en la cumbre hace que nos caigan algunos copos de nieve.
Llegamos agotados a Tejos y comunicamos de nuevo por radio con Eduardo para decirle que nos quedamos en Tejos a dormir porque no tenemos fuerzas para bajar. Nos cuenta que Mikel ha intentado subir a buscarnos en el 4x4 pero se ha quedado trabado y han tenido que ir a por él.
En Tejos nos juntamos con un grupo de EEUU que atacará mañana y nosotros, tras cenar nos vamos adormir en el suelo del contenedor.

Jueves 25 de enero de 2007

Nos levantamos a las 7:30 y hace un frío terrible en Tejos. Yo a pesar de ser la segunda noche a 5800 m. he conseguido dormir decentemente, pero Fernando no.
Desayunamos sin ningún hambre, descongelando líquido pues todo se ha congelado dentro del contendor; los americanos tienen que estar pasando muchísimo frío.
Armamos unas mochilas brutales pues hay que bajar lo que porteamos entre tres más lo que subimos el último día nosotros dos…
Bajamos al campamento Atacama sin más sufrimiento que el peso de las mochilas y allí nos espera Mikel. Nos abrazamos los tres emocionadamente y Mikel nos pide que carguemos rápido para bajar de allí cuanto antes, pues el lugar le trae demasiado malos recuerdos.
Así lo hacemos y nos marchamos tras despedirnos de las gentes de Aventurismo, sobre todo de Eduardo, de quien guardaremos un gratísimo recuerdo y de la pareja de italianos, a quienes habíamos perdido la pista en la ascensión, y ahora sabemos que se debe a que fueron rapidísimos y subieron en 5:30 horas. Unas fotos con todos ellos y bajamos en 4x4 al refugio claudio Lucero. Allí reorganizamos todo el material y la comida y nos vamos a Laguna Verde, donde gracias a los viajes de Mikel, que ha hecho amistad con los de Aventurismo, nos invitan a bañarnos en una de las termas sobre la que han edificado su refugio, un auténtico jacuzzi natural.
De allí bajamos a Copiapó, otros 250 Km. de pista, dejamos a Fernando en casa de sus amigos y nos hospedamos de nuevo en el Chagall. Repetimos cena en "La Terraza" y a dormir tras iniciar la colada en el baño de la habitación.

Viernes 26 de enero de 2007

Fernando viene a vernos al hotel y quedamos para comer juntos y llevarle al aeropuerto pues tiene hoy vuelo para Santiago.
Le recogemos más tarde en casa de sus amigos, enormemente hospitalarios, y nos vamos al Pacífico, a Caldera a comer marisco. Tras invitarnos a una buena comida, le llevamos al "aeropuerto del desierto de Atacama", nos despedimos por el momento y volvemos a Copiapó. Cenamos muy bien en "Donde Carlos" y a dormir.

Sábado 27 de enero de 2007

Tras serias dudas sobre si intentar adelantar el vuelo de vuelta o subir a Laguna Negro Francisco para ascender el Volcán Copiapó para que Mikel suba un seismil, al final compramos unos billetes de bus para irnos esta noche a Calama con idea de ascender al Licancabur, un precioso 5900 m.
Comemos regular en un sitio curiosísimo, "El Corsario" y pasamos la tarde en la plaza de armas leyendo. Cenamos unas empanadas y al bus.

Domingo 28 de enero de 2007

Todo el viaje durmiendo y a las ocho llegamos a Calama, nos alojamos en el estupendo hotel "Hostería Calama".
Como es domingo, lo poco que podemos hacer es en un gran centro comercial "Mall Calama", a donde vamos a pasar la tarde después de comer en el "Centro Croata”. Allí conseguimos un presupuesto de vuelo y otro de bus para la vuelta a Santiago y nos vamos al cine, donde vemos la patética "Eragon”. Cena y al hotel.

Lunes 29 de enero de 2007

Pasamos la mañana recorriendo todos los Rent-a-car de Calama sin encontrar un 4x4 gasolina, así que después de perder la mañana alquilamos una pick-up Nissan diesel.
Compramos billetes de avión a Santiago para el mismo sábado por la mañana y desechamos un cargo aéreo para nuestro sobrepeso, así que lo enviaremos por correo.
Después de comer hacemos las compras, cargamos el 4x4 y salimos para San Pedro de Atacama sabiendo que con el coche alquilado no podremos pasar a Bolivia, lo que nos hará renunciar al Licancabur.
Flipamos con el pueblo. Parece la Ibiza del desierto. Todas las casas son de una sola planta construidas con bloques de adobe y calles de tierra. Lejos de ser cutre es lo más refinado que hemos visto del país. Está completamente saturado de hoteles-lodges, restaurantes y empresas de circuitos turísticos, y también evidentemente saturado de turistas. Pero la mayoría de locales están súper cuidados y comparte un aire hippie de postal.
Cenamos en uno de esos restaurantes muy bonito, con fuego en el centro en el suelo y rodeado por las mesas, con un dúo tocando folclore local en directo. Cenamos muy a gusto y salimos para el Volcán Lascar.
Tras no encontrar el desvío adecuado y tener que dar la vuelta, por fin entramos en la pista. Tras 50 Km. nocturnos por la misma nos rendimos y nos echamos a dormir dentro del coche, renunciando a subir al volcán mañana.

Martes 30 de enero de 2007

Nos despertamos primero porque otro conductor nos pregunta si estamos bien. Seguimos durmiendo y cuando ya calienta el sol decidimos seguir un poco más por la pista, aun creyendo que ayer equivocamos el camino.
Sorpresa, en menos de un kilómetro vemos la inmensa Laguna Lejía que era nuestro objetivo ayer. Mala suerte. Seguimos la aproximación al Lascar en el 4x4 y buscamos dónde acampar.
Consumimos el día leyendo, durmiendo y montando el campamento.

Miércoles 31 de enero de 2007

Desayunamos y forzamos con el 4x4 lo posible (unos 4800 m). Con la aclimatación que llevamos y el buen camino, nos plantamos en el inmenso cráter lleno de fumarolas en menos de dos horas. Huele claramente a azufre ya durante la subida.
Proseguimos camino a la cumbre ya con el viento habitual. Llegamos en 2:40 y por fin Mikel se lleva una cumbre de este viaje (5592 m.).
Descendemos rápidamente y desmontamos el campamento. Luego el horrible descenso por la pista durante horas.
Por fin regresamos a San pedro de Atacama, buscamos un ciber para informarnos de la ascensión al Sairecabur para mañana, pero encontramos muy poca cosa. Acabamos preguntando en las agencias y al final topamos con un guía que nos explica amablemente y nos alerta de que en teoría no deberíamos haber subido al Lascar por estar en alerta amarilla debido a su actividad volcánica.
Cenamos en un restaurante muy chulo de san Pedro y nos encaminamos al Sairecabur, pero la pista está rotísima y decidimos finiquitar la montaña de esta expedición.
Nos vamos a acampar a los Géiseres del Tatio para verlos al amanecer. De camino los carabineros nos paran en un control, y por increíble que parezca, resultan del todo simpáticos y acabamos hablando de fútbol y demás. Hasta en la policía se deja notar la amabilidad de la gente de este país.
Llegamos a medianoche al refugio y por tanto montamos la tienda al lado.

Jueves 1 de febrero de 2007

A las 6:30 AM nos despierta uno de los indígenas responsables del tremendo montaje de los géiseres. Le pagamos la entrada y recorremos el circuito en 4x4 y andando entre los géiseres. Está lleno de turistas a los que hacen salir de San Pedro a las 4 AM para ver los géiseres en pleno apogeo y pasar bastante frío a las 7 AM a 4300 m.
Es un espectáculo curioso pero muy empresarial, aunque no deja de ser bonito.
Después de pensarlo mucho decidimos volver definitivamente a la civilización y pagarnos una noche más de hotel devolviendo el 4x4 hoy mismo. Suficientes noches de tienda en este viaje. Volvemos a Calama a esperar el avión del sábado.
Retornamos a la Hostería Calama, limpiamos le desastre en la parte de carga del 4x4, lo devolvemos y nos retiramos al hotel.
Hoy nos damos un lujo para cenar de marisco y pescado y nos bebemos una botella de vino blanco a medias. De ahí al hotel.

Viernes 2 de febrero de 2007

Preparativos para la vuelta. Llenado y pesado de los bidones y envío por correo de dos de ellos, con cierta inseguridad de que lleguen a Pamplona.
Por la tarde al cine: "Hijos de los hombres", nos gusta mucho. Último repaso al email y a la cama.

Sábado 3 de febrero de 2007

Despertador a las seis para estar en el aeropuerto a las siete. El vuelo teóricamente a las ocho se retrasa hasta las nueve y media. Muchos nervios de cara al enlace con el vuelo de Iberia, pero al menos, una vez más en este país, nos tratan inusitadamente bien con nuestro problema.
Llegamos con el tiempo justo a Santiago pero nos toca viajar separados hasta Madrid.

Domingo 4 de febrero de 2007

Las once horas de vuelo pasan rápido, pero la espera en Madrid es interminable desde las seis de la mañana hasta la una del mediodía con todo cerrado y el sueño cambiado.
Por fin llegamos a Pamplona y al menos los tres bultos que viajan con nosotros llegan sin problemas. Los padres de Mikel vienen a buscarnos con Carlota y me dejan al fin en casa.


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