Peña Ruaba  (1161 metros)
PEÑA RUEBA Y SUS FERRATAS

El macizo de Peña Rueba se encuentra justo enfrente de los Mallos de Riglos, al otro lado del río Gállego. Con unas formas algo menos vistosas que sus vecinos los Mallos, ha gozado siempre de una menor fama, pero sus paredes y su entorno tienen poco que envidiarles.

Las paredes de Peña Rueba son bien conocidas por los escaladores y existen bastantes vías. También hay un sendero que discurre por la cara Norte (referencia mapa Prames) y que permite ganar la cima mediante sencillas trepadas.

Desde hace no muchos años, hay una tercera forma de ganar la cima. En el año 2004, el montañero Ignacio Cinto equipa dos vías ferratas en el macizo:

- Varela Portillo: ferrata que discurre por el espolón y cresta Oeste de la montaña. Ferrata corta y dura, muy vertical y con poco equipamiento (pocas grapas y clavijas; cable de vida en todo el recorrido), de dificultad media, muy disfrutona.

- La Mora: en la cara Sur de la montaña, bastante menos vertical. Más que una ferrata, es un camino equipado con cable de vida, que permite descender la montaña con seguridad, especialmente si la roca está húmeda.

Ambas ferratas, permiten realizar un recorrido circular muy interesante y emocionante. No son las típicas ferratas, más bien, podemos decir que son caminos equipados para alcanzar la cima de Peña Rueba.

Quiero advertir que no es una ferrata de iniciación, la Varela Portillo tiene su miga y puede impresionar a los poco experimentados, ya que requiere echar mano a la roca en muchos puntos.


DATOS TÉCNICOS

Punto de partida: Pista forestal a 3 Kilómetros de Murillo de Gállego (Huesca).

Cartografía: Reino de los Mallos. Editorial Prames. Escala: 1:40.000

Distancia recorrida: 5,5 kilómetros

Desnivel positivo acumulado: 650 metros

Tiempo total contando pequeñas paradas: 3 horas y 30 minutos

ACCESO

Desde Huesca, tomar la carretera que va a Pamplona por Ayerbe. A unos 10 kilómetros de Ayerbe, llegamos a Murillo de Gállego. Casi cuando termina el pueblo, hay una señal morada que indica "ermita Virgen de la Liena". Tomamos esa calle. Cuando la calle termina, a mano derecha, comienza una pista de tierra en estado regular.

Si no le tenemos mucho aprecio a nuestro coche podemos ir con turismo, aunque es recomendable furgoneta o 4x4. A los 3 kilómetros de pista más o menos, hay un ensanchamiento que permite dejar 3 o 4 coches como mucho.

La aproximación desde Agüero, según he leido, es bastante peor.

DETALLES DEL ITINERARIO

Nota: los lugares clave por donde discurre la ruta aparecen resaltados en negrita. Junto a ellos, el tiempo de marcha y la altura del lugar.

Escapadilla corta, de domingo, al reino de los Mallos. Aprovechando que han levantado la prohibición que pesaba sobre las ferratas de Peña Rueba, nos venimos hasta Murillo para hacer las dos, en sentido circular.

Llegamos a las 9:30 a Murillo. Una pesada pista de 3 kilómetros, nos deja casi debajo de Peña Rueba. Si no hay prisas, lo mejor es dejar el coche en el pueblo y venir andando, es media horita de nada.

Comenzamos a andar a eso de las 10 de la mañana, con un tiempo de la ostia, sol y casi 20ºC. Justo al lado de donde se deja el coche hay unos hitos. Allí comienza el sendero de aproximación a las ferratas.

Un gran hito y una piedra con marcas amarillas y rojas (0 horas; 670 metros) nos indica que vamos por el buen camino. Las marcas amarillas indican el itinerario de la ferrata Varela Portillo (Oeste), las rojas, la de la Mora (Sur).

A los 15 minutos llegamos a una cueva, justo en la base de la pared de Peña Rueba. Allí los senderos se separan. El de la Varela Portillo es el de la izquierda.

El sendero está bastante bien marcado, aunque escasean las marcas amarillas. Es una zona de mucha vegetación, mejor no perderlo.

Avanzamos hacia el Oeste. El sendero pronto comienza a ascender en zig-zag, hasta llegar a la entrada de una pequeña faja, bien protegida de forma natural por la roca. La faja nos deja en el inicio de una gran pedrera, bastante descompuesta y vertical.

La parte final de la pedrera es de las que hacen sudar. Muy empinada y sin apenas agarres... echamos de menos los bastones. La pedrera nos deja en el inicio de la Varela Portillo (1 hora y 15 minutos; 1090 metros). Como he dicho antes no es la típica ferrata, la aproximación en sí misma ya es un buen paseo no exento de dificultades.

La ferrata comienza bien tiesa. Sorprende las pocas grapas que hay. Debemos de avanzar apoyando las manos y los pies en la roca, ayudados en ocasiones por una cadena. La ferrata no es fácil, pero sí segura, pues tiene cable de vida en todo el recorrido, y el material está bastante nuevo.

La pared, tendrá fácil unos 80 metros verticales. Cuando termina, nos deposita en la cresta. Las vistas se abren hacia los Mallos y hacia el Pirineo.

El cresteo es sencillo, aunque algo expuesto. En la mayor parte del recorrido hay cable de vida. La cresta termina y nos deja en una meseta. Allí nos sorprenden una lloriqueos que parecen de bebé. Junto a un arbusto vemos a un par de cabritillos de apenas un día de vida... pobrecicos, qué majos, su madre se ha pirado y los ha dejado aquí solos... los buitres no les quitan el ojo de encima.

Ya en la meseta buscamos el hito de piedras para echar la foto. Cima! (2 horas y 15 minutos; 1191 metros). Hay una caja de galletas que hace las funciones de buzón y un cuaderno de piadas en su interior.

Buscamos el descenso, siempre en dirección Sur, siguiendo hitos. La zona no es muy vertical, pero andamos por roca viva. Poco recomendable si está mojada.

Cuando la cosa se empina aparece el cable de vida, es el inicio de la ferrata de la Mora (2 horas y 30 minutos; 1100 metros). Bajamos anclados al cable, a veces de culo y a veces de cara a la montaña, confiando en la adherencia de las zapatillas. No hay grapas ni clavijas, pero es fácil.

Hay un pequeño mallo equipado con cable, al que se puede subir a modo de mirador, nosotros pasamos y bajamos directos para abajo.

La ferrata es sencilla. Al final, antes de llegar al sendero, se pone vertical y hay que destrepar un poco, no creo que pase de grado II.

La ferrata acaba y llegamos al sendero (3 horas; 800 metros). Desde aquí, todavía nos queda media hora de pateo hasta el coche. Como en el sendero de aproximación, trataremos de no perder las marcas, en esta caso rojas, pues hay mucha vegetación y es fácil desorientarse.

Llegamos al coche a las 13:30, con mucho calor, pero contentos. La ferrata de Varela Portillo está muy guapa, la de la Mora decepciona un poco si esperamos una ferrata... es mejor usarla para descender, y plantearla más como un sendero equipado.

A las 14:00 estamos en Murillo comiendo. Ha sido una buena forma de emplear la mañana.

Más información sobre las ferratas en: Deandar.com.