Peña de Amán  (1124 metros)
Aproximación: Salimos de Huesca en dirección Lérida. Justo al finalizar la subida de Estrecho Quinto, nos desviamos en dirección Loporzano-Bandaliés. Seguimos recto, dejando el desvío de Bandaliés a mano derecha, más tarde cogemos un desvío a mano izquierda hacia Barluenga. Una vez en Barluenga, la carretera rodea el pueblo y saldremos a una carretera muy bien cuidada y que, la verdad, sorprende el buen estado del firme y lo ancha que es, ahí tenemos que girar a la derecha, en dirección a san Julián de Banzo. Después la carretera se estrecha hasta que solo cabe un coche, damos una amplia curva y nos desviamos a la derecha hacia una pista de tierra, seguimos recto y tomamos el primer desvío a la derecha, pasamos al lado de una especie de granja y llegamos al final de la pista donde hay una pequeña explanada. Dejamos el coche en ésta, que es la misma en la que se aparca para ir a San Martín de la Bal d'Onsera.
Descripción: Para no perder forma y para relajarnos un poco del desgaste de la última excursión, decidimos, como no, tras unas cañas en el Arkanos, ir a Peña Amán, la cima olvidada del Salto de Roldán.
Esta tranquila cima, se puede ascender desde la zona de San Julián de Banzo - Sagarillo o desde la explanada en la que se deja el coche para subir a la Peña San Miguel. Nosotros tomamos la decisión de ascenderla desde San Julián de Banzo, donde sale un evidente sendero, marcadísimo con mojones y marcas de GR., debido a que la otra zona es muy poco frecuentada, por lo que pensamos que probablemente estuviese llena de monte bajo que haría muy difícil y lento seguir el camino, además se baja al río para volver a subir después.
Salimos a las 11 menos diez de la mañana. Entre que llegamos y nos preparamos a las 11:20 comenzábamos a andar, con un día espléndido, tan sólo un poco entristecido por una débil neblina. La temperatura era mucho más alta de la que esperábamos, la verdad es que todo el camino discurre por una solana.
Teníamos pensado atravesar unos campos, para llegar a coger el sendero, pero al ver unos mojones que no estaban ahí la última vez decidimos bajar por una ladera, por la que ya habíamos pasado, y por la cual no había sendero alguno las otras veces. Al final resultó ser mejor por los campos, aunque más largo es más rápido. Ya no me acordaba de la cantidad de aliagas, coscojas, enebros y plantas que nunca creí iban a pinchar hay en ese lugar. Además en la mayoría de sitios te llegan hasta los sobacos, y... ¡No, no hay sendero alguno! Nos costó un montón salir de ahí y nos llenamos el cuerpo, sobretodo las piernas, de arañazos y heridas.
Para ir por los campos sólo hay que coger la senda que está justo a la izquierda conforme entras a la explanada con el coche. Ésta lleva hasta un primer campo, desde el cual, hay que bajar por donde se pueda al que hay justo debajo, yendo en dirección a la senda que tenemos que seguir. Después, cuando ya se vea el sendero, desde este segundo campo se busca otro buen sitio para bajar y llegamos a la senda.

En cuanto cogimos la senda todo fue muchísimo más rápido, al principio es la misma que hasta el Picón, pero cuando se llega a los restos ruinosos de una caseta, en vez de girar a la derecha, se ha de continuar por el mismo camino por el que vamos.
No tiene nada más que yo crea haya de reseñar, simplemente, va subiendo y bajando para cruzar los distintos barrancos que bajan de la montaña, por lo que el desnivel acumulado es algo más que los 400 metros de diferencia que hay entre la cima y el aparcamiento.
En una hora y diez nos plantamos en lo que sería la "espalda" de la Peña, justo en el collado que la une con la ladera que baja desde la zona del Picón. Aquí hay un cartel indicativo, en el que nos señala lo evidente, la dirección que hay que tomar para ir a Peña Amán, y la de San Julián de Banzo.
Este último repecho es el más fuerte, pero aún así es bastante corto, hay una zona en la que hay que apoyar un poco las manos (muy fácil) y después hay que subirse a la especie de cresta o loma, hasta que llegas justo a la base de la "pared" que forma la cima.
Aquí hay que subirse a un primer escalón, de un metro de alto y bordear la Peña por la nuestra derecha, pasando una especie de "cueva" o "visera" muy pequeña, para, una vez rebasada subir a un segundo escalón, ya un poco más alto y expuesto, sin clavijas pero muy fácil, de 1,5 - 2 m., para, una vez superado, girar a la izquierda. Aquí vuelve a haber otra "cueva" algo más alta y grande, que rebasaremos, para que justo después de ella (a la derecha) aparezca una zona de clavijas que nos permite superar los aproximadamente 3 metros de trepada que hay hasta la zona cimera (ver foto 2).
Decir que hay las clavijas justas para subir, no es como en la vecina Peña San Miguel, hay 5 - 6 clavijas, no más, y que alguna (la penúltima) se mueve un poquito, aún así hay muy buenas presas para agarrarse (ver foto 3).
La bajada la hicimos por el lado contrario al que habíamos subido, una vez bajadas las clavijas giramos al lado contrario al que hemos venido, y destrepamos el pequeño resalte. este otro lado es mucho menos expuesto, más corto y de una dificultad parecida al otro. (ver foto 4).
El paisaje es parecido al que hay desde Peña San Miguel, pero esta es mucho más tranquila y la cima más pequeña. Según los mapas es un metro más alta, pero desde ésta se ve que Peña San Miguel tiene mayor altura, no se si será un efecto óptico. Ascensión bonita, corta, y solitaria. 1:20 h. de subida y 5 minutos menos de bajada.