Pico Sayó o Segundo Occidental de la Maladeta  (3220 metros)
David Nuin
Mikel Hernández
Carlos Sabando

Palizón bastante brutal para una jornada, pero que acometemos a conciencia de que acabaríamos el descenso de noche.

Vivaqueamos en el porche del refugio de pescadores (cerrado) que se encuentra a unos metros del puente de l?Acampamén continuando por la pista en sentido hacia los Baños de Benasque.



Algo más tarde de las siete de la mañana emprendemos el camino hacia el ibón de Cregüeña bien señalizado con un cartel junto a la pista atravesando un puente. La primera hora no tiene respiro, el camino es exigente por la pendiente y lo poco cómodo del firme. Transitamos el fondo del valle de Cregüeña siempre próximos al río y en terreno de bosque.

Por fin llegamos a una parte casi llana del valle, la Pleta de Cregüeña donde salimos del bosque y ya vemos al fondo nuestro primer objetivo, el Pico Le Bondidier. Tras este tramo de recuperación el camino se separa del río girando a la izquierda para asumir de nuevo un fuerte desnivel de nuevo por bosque. Definitivamente salimos a terreno herboso y de bloques de granito para superar las últimas pendientes previas al precioso y enorme ibón de Cregüeña al que llegamos en unas 3 horas.

Tras un descanso para comer algo recorremos un tramo del camino que bordea el lago y pronto encontramos hitos que se elevan en dirección a Le Bondidier por terreno de bloques de granito. Tras una hora hemos rodeado por el Este una primera elevación al sur de Le Bondidier y los hitos se encaminan a rodear el pico también por el Este hacia el ibón de la Maladeta y el Collado Cordier, pero nosotros optamos por enfilar la evidente arista Sur de Le Bondidier donde enseguida vamos encontrando también hitos.

La trepada es sencilla, con varias canales que no pasan de II y poca exposición hasta que salimos ya a la parte superior, donde bruscamente desaparece la pendiente y se afila la cresta Sur. Nos resta un rato entretenido de cresta granítica algo aérea sin dificultades reseñables para llegar a la cima del Pico Le Bondidier en menos de dos horas desde el ibón.


Una vez en el Pico Le Bondidier y tras coincidir un grupo que asciende por la vía normal del Collado Cordier, emprendemos el recorrido de la cresta Norte hacia ese collado. En mi opinión nuestra vía de ascenso puede ser incluso más sencilla que la normal y permite realizar la travesía del pico.

En esta cresta Norte primeramente se traspone una brecha de la que se sale trepando a una especie de gendarme (sencillo) y en la segunda brecha los hitos nos dirigen a un flanqueo bastante largo por la vertiente Oeste para acabar volviendo de nuevo al filo de la cresta. Todavía nos quedan dos nuevas brechas a las que bajar con destrepes bastante aéreos pero con buenas presas (en algún caso no abundantes) en granito excelente.

Finalmente tras poco más de 20 minutos llegamos caminando al Collado Cordier donde este año aún queda un pequeño nevero.

El ascenso al Pico Sayó en verdad no tiene nada reseñable, terreno caótico de bloques de granito, con bastantes hitos por el evidente contrafuerte Sur. Menos de 20 minutos desde el collado.


Una vez en el Pico Sayó iniciamos el cresteo hacia el Pico Mir. Primeramente en franco descenso por terreno de bloques hasta el collado entre ambos picos, sin ninguna exposición.

A continuación la cresta se afila y asciende poco a poco. Sin entrar en dificultades dignas de mención, tras un tramo entretenido (I) llegamos a la cima del Pico Mir en poco menos de media hora desde el Sayó.


Desde la misma cima del Pico Mir contemplamos la brecha de menos de 4 metros que abruptamente nos corta el paso hacia nuestro siguiente objetivo, la Punta Delmás. Allí mismo montamos una reunión atando la propia cuerda a un bloque y montando un seguro adicional con una baga a otro bloque. Rapelamos los tres y salimos trepando por el lado contrario de la brecha.

Ahora la cresta continúa un buen rato en sentido descendente y muy entretenida (I+). Acabamos en una brecha donde ya divisamos en frente el enorme bloque de la cima. Para recorrer esta última parte de la cresta hacemos un mini-flanqueo por la derecha para tomar una pequeña chimenea que nos devuelve al filo de la cresta, bastante expuesta que acaba a los pies del enorme bolo de granito que es la cumbre de la Punta Delmás. Menos de 20 minutos desde el Pico Mir.


Desde la Punta Delmás toca deshacer todo el cresteo hasta el Pico Sayó?

Empezamos por elegir una variante al último tramo de la cresta, ya que vemos desde la cumbre un hito que por el Oeste flanquea el filo más sencillamente hasta recuperarlo en la parte superior de la pequeña chimenea mencionada anteriormente. La destrepamos y flanqueamos en dos pasos por el Este para llegar a la primera brecha, de la que salimos trepando para recuperar el filo.

Ahora en sentido ascendente recorremos la cresta hasta descender a la brecha a los pies de la cima del Pico Mir. En nuestra opinión la trepada de la brecha es más compleja de lo que hemos leído, ya que arranca en ligero extraplomo y si bien hay buenas presas de manos (a las que se llega gracias a un acúmulo de piedras) los primeros apoyos de pies deben hacerse en adherencia. Para superarla con un paso de hombros tiene el inconveniente de que el apoyo de pies para el que se queda abajo es ínfimo y el que trepa tiene patio hacia la izquierda. En cualquier caso nosotros no tenemos mucho problema pues hemos dejado la cuerda colocada para que ahora Mikel suba apoyándose en David y asegurándose con un Prusik. Una vez arriba Mikel nos asegura a David y a mí para escalar de segundos (cómo cambia la cosa con la cuerda por arriba?)

Tras algo más de 20 minutos estamos de nuevo en el Mir, recogemos todo el material y paramos a comer.

Con bastante pereza continuamos deshaciendo camino hacia el Sayó, primero por la parte algo aérea de la cresta y finalmente en decidido ascenso por terreno de bloques.

Una vez en el Sayó, el Cordier se ve lejos, son las cuatro de la tarde, para mí va a ser la tercera repetición de la jornada y sé que todo el camino es por caos de bloques de granito? en fin, mejor no pensar. Ponemos rumbo de descenso al collado entre ambos picos donde se aloja un vivac y continuamos ascendiendo saltando de bloque en bloque para culminar el quinto tresmil del día, donde la Maladeta parece a tiro de piedra. 35 minutos desde el Sayó al Pico Cordier.

Pensar en el descenso hasta el coche es realmente duro. A las cinco empezamos en dirección al collado Cordier para desviarnos antes de llegar a él encaminándonos al ibón de la Maladeta, mayoritariamente cubierto de hielo. Llegamos a él en 40 minutos y tras coger agua iniciamos el descenso hacia el ibón de Cregüeña por el largo flanqueo bajo el pico Le Bondidier.

Ya llevamos dos horas bajando para cuando alcanzamos el ibón de Cregüeña, nueva parada para comer algo y continuamos. Más abajo de la Pleta de Cregüeña, al meternos en el bosque, ya necesitamos los frontales. En el interminable descenso perdemos el camino en el único punto dudoso y llegamos al río, para arriba otra vez a retomar la buena senda y por fin llegamos al refugio de pescadores tras más de 15 horas de actividad.


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