La Val d'Espetal  
La Val d'Espetal



Introducción

Esta ruta es una vieja conocida realizada a pie en diversas ocasiones, la primera de ellas hace unos veinte años. La que más recuerdo es de siete años atrás, donde me acompañaba un buen amigo y otro chico que en aquella época significaba algo para mí. Unos años más tarde volvería a hacer esta excursión, decidiendo que la próxima vez iría montada en bicicleta. Y así fue, el cinco de agosto de este año me las apañé para meter la bici en el coche y puse rumbo a la Val d'Echo.



Aproximación

Una vez llegados a Jaca circulamos por la N-240 hasta llegar a Puente La Reina, donde tras pasar el puente, nos desviamos a la derecha (A-176), encaminándonos así al Valle de Hecho. Por el camino voy recordando aventuras de tiempos pasados, cuántas cosas vividas por estas carreteras...

Atravesamos Hecho y Siresa. Unos dos kilómetros después de dejar Siresa, veremos a la derecha un merendero. Si estáis fuertes podéis dejar aquí el coche y empezar ya a pedalear. Como no era mi caso, seguí con el coche por la pista que sale a la izquierda, justo enfrente del merendero. Es una pista forestal asfaltada en su primer tramo con un cartelito indicador hacia el Santidoro, Sendero de Los Valles (verde y amarilllo) . Seguí con el coche por la pista hasta que justo después de una curva cerrada y tras haber pasado una propiedad privada en funcionamiento, vi un miniapartadero donde dejar el coche. Con esto me he ahorrado unos 150m de desnivel, ya sólo me quedan 300!



Preparación

A pesar de que aparco el coche sobre las 11h:45min, a lo que me pongo en marcha con la bici son casi las 12h:30min. No importa porque entre que voy sola y que hasta las nueve no es de noche... la verdad es que no tengo ninguna prisa.
En esta ocasión me pongo guantes, gafas de sol, gorra, botas blandas de caña baja y un pantalón especial de ciclista, lo cual fue todo un acierto. El casco lo dejé en el maletero aunque me di cuenta de que lo mejor es llevarlo puesto...
Es mi tercera salida bicicletera de este año, siendo la primera una ruta desde casa hasta la Pardina de Ayés y la segunda el Camino de Santiago entre Canfranc y Jaca.



Comienzo y desarrollo de la ruta

Subo la primera cuesta del día y ya paro a hacer fotos a los carteles y al gran paisaje que se abre ante mí. El camino es ancho y no tiene pérdida, pasaremos al lado de varias bordas, algunas bien bonitas, se hace notar la arquitectura tradicional pirenaica. También cruzaremos el curso de agua que da nombre al valle y otros barrancos afluentes de este.
Lo cierto es que voy parando cada dos por tres, ya sea con la excusa de hacer fotos o para comer alguna fruta que reponga mi esfuerzo. Cuando llego al cruce de caminos con el PR intercambio unas palabras con unos amables paseantes.
Tras unas fotos prosigo mi camino, que por cierto, me está resultando muy agradable, está todo muy verde y muy tranquilo; aunque de vez en cuando sí que me cruzo con algún coche que me saluda.
Estoy llegando al final de la pista transitable para vehículos cuando llego a una zona que me resulta familiar, llevo todo el camino buscando las pozas donde me bañé hace más de veinte años y... acabo de dar con ellas! Aparco la bici y me meto a investigar y a tomar instantáneas. Estoy más de 20 minutos enredando con la cámara y al final saco 70 fotos!

El final del valle está cerca, lo cual me crea un sentimiento ambiguo. Admiro por unos instantes los Cuellos de Lenito. Cruzo por un vado cementado la Val d'Espetal y a partir de aquí la pista empeora considerablemente, durante algún rato llevo la bici andando hasta que llego a una especie de rotonda natural con una gran piedra en el centro, donde hago que descanse del traqueteo del camino.
Mientras, yo me voy a investigar mundo, a ver si encuentro el Refugio de la Reclusa, que recuerdo que estaba un poco escondido...
Sigo por la pista por la que venía, ahora se empina bastante, hay algo de barro y empiezo a echar de menos mis bastones; está muy deformada, voy subiendo pero no veo señales del refugio. De repente, como por intuición, me doy la vuelta y... atisbo un tejado rojo entre la vegetación. Intento dirigir mis pasos hacia el refugio, me salgo de la pista, voy monte a través ya sin la referencia visual y como por casualidad descubro un sendero, lo sigo y al poco ya estoy en la hondonada que esconde el refugio. No me acerco a la puerta ya que está lleno de maleza y me da miedo que me pique algún bicho. Echo unas fotos y a correr a por mi fiel compañera, a ver si sigue donde la he dejado.
Resulta que el sendero me conduce directamente a la rotonda natural, donde aprovecho para comer y echarme una siesta al sol.
Tras la siesta me pongo manos a la obra con mi recién comprado "ordenador de a bordo", a ver si soy capaz de hacer que funcione! Como siempre, me leo las instrucciones de cabo a rabo en varios idiomas, a ver en cuál lo entiendo mejor... Al final, raro en mí, me quedo con el inglés y programo el aparato en esa lengua tan tecnológica. Ya está todo listo y emprendo el regreso hacia el coche a eso de las seis. No lo he debido de hacer bien ya que el aparatito no me cuenta los kilómetros, qué rabia!
Paro a ver si puedo ajustar mejor el sensor del radio de la bicicleta y... ¡¡¡sí!!! Ahora va, qué alegría! Lo he conseguido, ya soy feliz.

En la pista ya no da el sol y casi tengo frío, pero me resisto a abrigarme, tengo la esperanza de que en algún momento me volveré a cruzar con el sol si me doy prisa. La vuelta la hago más rápida que la ida, además, hay que destacar la gran ventaja de que ahora la mayor parte del camino es cuesta abajo!
En uno de los primeros tramos de la pista buena, oigo voces por arriba y me encuentro con unos perros. Me pongo algo nerviosa y se me descontrola la bicicleta, hago como si estuviera jugando con mi hermana a uno de nuestros juegos favoritos de ordenador (Threat), en el que en lugar de alejarme de las bombas, me acerco a ellas justo cuando van a explotar. Pues aquí, lo mismo, voy pisando con las ruedas por todas las piedras gordas habidas y por haber, hasta que ya sin remedio, pierdo del todo el equilibrio y me voy al suelo. No me ha dado tiempo a caer bien, y me doy un fuerte golpe en las rodillas. Ahora pienso en lo tontas que pueden llegar a ser las caídas y yo... sin el casco! A la próxima me lo pongo fijo...

Prosigo andando algo dolorida y cuando llego a una zona de piedras finas me vuelvo a montar, ahora ya hasta el final. Voy mirando el ordenador a ver qué velocidad consigo y no soy capaz de llegar ni a 20 km por hora! En fin, qué se le va a hacer, soy un poco caguetas y en cuanto se me embala la bici empiezo a frenar...

Aún haré alguna parada corta a investigar posibles caminos que salen a mi izquierda pero pronto llego al cruce de los PRs, donde casualmente recupero el calor del sol, qué bien! Ahora me da pena que se acabe esta bonita jornada y me meto en un campo para despedirme del paisaje.

Un poco más adelante me cruzo con la última persona que veré hoy (esta vez sin caerme!, jeje) y ya enseguida llego al coche, donde me cambio de ropa y me las ingenio para volver a meter la bici en el coche. Tarea nada fácil, esta última.



Datos Oficiales del "ordenador de a bordo", tramo de la vuelta

Km 50-43,47= 6,53 Km
Distancia de vuelta: 6.53 Km, yo añadiría 0.5 Km más hasta que me ha funcionado el ordenador.
Velocidad máxima: 19, 1Km/h.
Velocidad media: 8,4 Km/h.
Tiempo efectivo en movimiento: 46:41min.
Tiempo total de vuelta, 1:13:19, es decir, media hora de descansos en la vuelta, y eso que casi no he parado!
Calorías 1071.9
Grasas 0.21



Fin de la aventura

Ya en el coche, circulo por carreteras... que si tuvieran vida... seguro que me reconocían.



Notas finales

La duración de 7 horas 20 minutos, es la duración total, incluyendo todos los descansos. Recomiendo fijarse en la hora de las fotos para hacerse una idea más aproximada del recorrido temporal.

Los dos mapas que tengo de la zona (Prames y Pirineo) no coinciden a la hora de ubicar el refugio, así que espero haber llegado al verdadero Refugio de la Reclusa...

Me ha resultado curioso ver la descripción del usuario vido al Picoya porque hay algunas fotos que son idénticas a las mías, e incluso algún que otro comentario que yo ya tenía escrito de antemano también coincide.

Sólo me queda recomendar esta ruta a todo aquel que quiera seguir practicando con la btt y no tenga demasiada experiencia.
Ruta tranquila, fácil y entretenida.


Saludos y hasta la próxima,

Kleine