292 montañeros on-line
(11,288 montañeros registrados)
"La primera web con los 215 tresmiles descritos por sus usuarios"
(11,288 montañeros registrados)
"La primera web con los 215 tresmiles descritos por sus usuarios"
|
Librería
Andorra GRP. Travesía circular en 7 etapas
Desnivel
14,00 €
Camí de l'Óssa. 8 Rutes per Encamp. Andorra. MAPA DIGITAL
Editorial Piolet
9,00 €
Camí de l'Óssa. 8 Rutes per Encamp. Andorra
Editorial Piolet
9,00 €
Estanys de l'Alta Cerdanya. Capcir, Arieja i Andorra
Editorial Alpina
20,00 €
Estanys d'Andorra
Editorial Alpina
20,00 €
Andorra. Guía montañera
Sua
21,00 €
Andorra. Guia de muntanya
Sua
21,00 €
Els camins de l'Alba. Andorra
Editorial Alpina
11,00 €
En familia y con niños 3 - Andorra
Editorial Piolet
12,00 €
Andorra
Sua
12,65 €
Senderismo Nocito - Ibirque - Orlato por klaus -- 03/11/2016
Jornada: (Una) -- (351 visitas)
Jornada: (Una) -- (351 visitas)
- Zonas: Prepirineo de Jaca — Serrablo — Guara — Riglos,
- Duración sin descansos: 06:00
- Meteorología: Sol
- Dificultad: Muy facil
- Días: 1
- Num. Personas: 1
- Tipo: Senderismo
- Desnivel de subida: 600 metros
- Desnivel de bajada: 600 metros
- Distancia: 19000 metros
- Agua:
- Observaciones:
- Gps: Sin fichero GPS
Nocito - Ibirque - Orlato
Excursión circular por los parajes solitarios del valle de Nocito, para realizar en el transcurso de una mañana o bien dedicando todo el día si añadimos el suplemento de visita al dolmen de Ibirque. EL recorrido está bien señalizado, como ocurre con la mayoría de senderos en esta zona norte del parque de Guara, en un territorio despoblado y sin demasiada afluencia de turistas, lo que asegura un día tranquilo de monte en cualquier fecha; salvo si es temporada de caza y fin de semana donde surge la posibilidad de compartir la natura con perros y escopetas. El comienzo de la ruta sale de Nocito y emplea el viejo camino de subida al pueblo abandonado de Ibirque, desde el que tenemos la opción de alargar la jornada hasta el dolmen ubicado en la sierra de Picardiello, para después regresar por la Pardina de Orlato gracias al GR-16 y al camino natural de la Hoya de Huesca.
DATOS TÉCNICOS:
-inicio, Nocito a 930 metros de altitud.
-duración, de 3:30h a 4h sólo la ruta circular, unas 6 horas con el alargue hasta el dolmen de Ibirque.
-desnivel, 500 metros de subidas y bajadas sólo en la circular, 640 metros con el suplemento.
DESCRIPIÓN:
a la entrada de Nocito existe un aparcamiento donde dejar el vehículo. Hay una fuente cercana y varios paneles de información sobre el camino natural de la Hoya por donde volveremos. Ahora toca andar por el tramo de carretera de acceso al pueblo, no sin antes visitar el barrio de San Juan, uno de los dos que forman Nocito. Una plazoleta con suelo de hierba y un peirón en su centro, son la preciosa antesala a la iglesia de San Juan, un edificio de gran volumen y construido en el siglo XVIII. El colorido otoñal de una alameda próxima y unos caballos paciendo en la era acrecentaban la belleza rural del rincón.
Tras caminar un rato por la carretera sale un desvío por la derecha indicado con una tablilla de madera, señales que están proliferando últimamente por la sierra de Guara. Es un camino paralelo a la pista que evita pisar el asfalto, entre tapiales y por un pasillo sombreado de quejigos, de corta duración hasta salir al empalme de la carretera.
Una especie de quiosco de información del parque muestra las distintas especies de animal a descubrir en nuestras excursiones, además de un panel con el mapa de la zona. Aquí se juntan las carreteras de acceso a Nocito y la que prosigue su viaje al Norte, hacia el monasterio de San Úrbez y a Bara. Al otro lado de la calzada, un poste indica la continuación del camino a Ibirque, en 1 hora y 45 minutos según estimación bastante ajustada a la realidad.
El torrente del joven Guatizalema acompaña al sendero durante un corto trecho. Tapiales de piedras, quejigos de gran porte, y una pequeña badina preceden a un desvío a la izquierda bien señalizado por un mojón de piedras. Se abandona la orilla del río por este arranque algo difuso del sendero.
El sendero cobra altura por dentro de un bosque en el que predominan los quejigos, hasta desembocar en la pista asfaltada procedente del valle de la Guarguera. Cruzamos la calzada para seguir la marcha.
Un pequeño bosque de chopos, con sus hojas pintadas de amarillo, da paso a un arbolado con ejemplares de quejigo de gran porte, siempre por una senda bien marcada que gana altura mediante lazadas.
Tras la serie de zetas por dentro del bosque, viene una larga recta en ascenso sobre un suelo formado por placas de roca lisa, muy habituales en el valle. El paisaje de pinar con matorral de boj y erizones también ofrece una estampa clásica de esta parte de Guara, de una aspereza y sobriedad que para algunos resulta bella y a otros espanta. La vista a la cara norte de Guara y al fondo del valle es muy amplia desde el camino, aunque ya en estas fechas de Noviembre el Sol pega de frente y difumina el panorama en claroscuros de acusado contraste.
El sendero alcanza un colladete en la base de una elevación muy vestida de matorral, la Peña Blanca, cuyo ascenso parece labor poco gratificante. La pendiente en subida cesa y se cruza una meseta venteada, cerrada de vegetación y con paisaje despejado al Pirineo donde asoma la brecha de Rolando, las Tres Sorores, Peña Canciás...
A la vista del pueblo de Ibirque y del Puntón Norte de Gabardiella, la senda llanea para comodidad de nuestras piernas hasta cruzar un barranco, que mas tarde seguiremos en el descenso a la pardina de Orlato.
El trecho final de entrada al pueblo pasa entre antiguos campos de labor, limitados por tapiales de piedra que todavía resisten de pie, con una borda arruinada junto al camino e hileras de chopos que muestran su vestimenta otoñal.
La entrada al pueblo se realiza por el vano de una puerta imaginaria y de tupido dintel de yedra, un tapiz verde que cubre la parte trasera de la iglesia de San Martín. Delante del templo en estado ruinoso y con visos de desplome, hay un cruce de caminos señalizado por un poste. El que va a Lúsera, el traído desde Nocito, y otro sin cartel a fecha de hoy que tomaremos de vuelta a Orlato.
Un poco menos de dos horas cuesta el trayecto de Nocito a Ibirque. El pasar de los días juega a favor de una vegetación que está devorando las casas del pueblo, un proceso de digestión natural que no afecta al gran panorama sobre las montañas de Guara: Tozal, Fragineto, Gabardiella, pico del Águila, etc.
En Ibirque surge la oportunidad de alargar la jornada y echar el día en el monte, con previsión de comida incluida. La visita al dolmen, ida y vuelta desde el pueblo, lleva algo más de dos horas de duración a sumar al recorrido circular y discurre en su mayor parte por pistas de tierra. En el extremo norte de Ibirque sale el GR-16 hacia Gésera, poste indicador. Yendo por una trocha amplia o bien por el sendero de las marcas rojiblancas, el camino empalma con la pista que viene del alto de Monrepós y que tomaremos por la derecha. Estar atentos a esta conexión para acertar a la vuelta. El carril deja el trazado del GR a la izquierda y continúa en una larga recta por terreno llano, en clara dirección este. Se alcanza una especie de colladete donde la pista gira un par de veces, con apertura del paisaje al Pirineo y de la cara norte del Tozal de Guara. También se divisa la cúspide de una torre de vigilancia pintada de verde. Es el vértice de Picardiello al que se puede acceder gracias a un desvío a la izquierda del carril, marcado con un hito de piedras. Un breve repecho nos deja en el claro donde se ubica la torre y el vértice geodésico, con la pena de no ver miaja de paisaje debido al pinar circundante y a lo cerrado de su follaje.
Al lado de la torre de Picadiello sale un carril en bajada que conecta de nuevo con la pista del dolmen, a menos de un kilómetro del cerro donde se levanta este monumento funerario. También se le conoce con el nombre de la Caseta de las Brujas, en referencia a los supuestos aquelarres que se celebraban alrededor de la construcción para invocar a seres de ultratumba, danzar en torno al fuego, realizar ritos satánicos bajo la luz de la luna y echar pestes del alcalde, y ya de paso echar unos tragos. Tal vez hagamos lo mismo, con un trago a la bota de vino brindando en honor de quienes estuvieron sepultados bajo el dolmen, con la grata perspectiva de la sierra de Guara delante, inmutable a nuestras cuitas.
Buen lugar para el almuerzo, y aprovechando la fuerza esotérica del lugar, por si tuviéramos un poder oculto, para lanzar un maleficio contra nuestro jefe o el cuñado. Pero ya sea con el estómago satisfecho o con la venganza en ciernes, hay que volver a Ibirque por el camino traído.
Justo en frente de la iglesia y del poste indicador, sale el camino de bajada a Orlato, entre tapiales de piedra, mojones para señalar el buen rumbo, y pinturas viejas del GR-16 por si alguien no tuviera suficientes referencias.
Mas abajo se vadea el torrente de Orlato que dejaremos a nuestra izquierda durante el resto de la bajada.
Atrás queda el terreno de monte bajo de los alrededores de Ibirque. Ahora el pinar y los quejigos crean un bosque húmedo a la orilla del barranco de Orlato que se encajona formando saltos y pozas. Una lástima que sus badinas no sean adecuadas para el baño por la maleza y los troncos atravesados en el cauce. A cambio se agradecen los tramos umbríos del camino.
Las laderas del barranco se abren y tanto el curso de aguas como el camino pierden en inclinación, se remansan en un vallejo por el que discurren en paralelo hasta alcanzar una encrucijada de rumbos y señales. No despistarse ante la proliferación de indicadores, nuestro trayecto sigue por el camino natural de la Hoya en dirección a Nocito.
Una hilera de piedras permite cruzar en seco las aguas del torrente y pasar a la otra orilla sin chapoteos. Las balizas y señales del esplendoroso camino natural dejan poca ocasión al despiste o extravío. Un breve repecho al que sigue una recta con vista despejada, para así enlazar con la carretera del valle.
Tres serán las veces en que se atraviesa la carretera, cruces bien indicados por las señales del camino. A pesar del escaso tráfico, conviene mirar antes de cruzar la carretera y no despistarse con una aparatosa antena situada en las inmediaciones.
En paulatino descenso la senda regala vistas al bosque de quejigos, con los relieves poderosos del Tozal y el Fragineto en el horizonte. Se pasará junto a hileras de tapiales y a una plantación de esquejes de variadas especies.
Teniendo a la vista los dos barrios de Nocito, un panel de gran tamaño informa sobre la flora y fauna de la sierra, mientras se baja hasta un depósito de agua cuyas filtraciones suelen encharcar el camino.
Entre tapiales y alambradas para el ganado se llega a la zona de campos de las afueras del pueblo, donde este día pacía un familia de caballos. Ya sólo restan unos metros para finalizar la excursión junto al aparcamiento de Nocito, con la satisfacción de haber empleado bien un día de nuestra vida.